SANTIAGO.- El diputado Nelson Ávila denunció que la investigación por la muerte del conscripto Pedro Soto Tapia, ocurrida el 15 de diciembre de 1996, comenzó a desvanecerse a partir del presunto “arreglín” entre el ministro de la Corte Suprema, Efrén Araya, y el Fiscal Militar de la época, con el fin de proteger al entonces Comandante del Regimiento Yungay, Coronel Roberto Hernández.
En entrevista con “Medianoche” de TVN, Ávila explicó que, de acuerdo a un memorandum anónimo que llegó a sus manos en 1998, el Fiscal Torres intervino, por orden de Araya, para rescatar el expediente del caso desde la inteligencia del Ejército para derivarlo a la Justicia Militar, momento en que la investigación perdió fuerza.
Añadió que la presunta acción del Fiscal se concretó porque a raíz de la investigación peligraba la carrera de Hernández. Agregó que, de acuerdo con la lógica de dicho documento, el que provendría de una “alta fuente vinculada a la inteligencia militar”, la investigación que hasta entonces estaba bien encaminada y mantenía procesados a cuatro personas (entre ellos Dagoberto Contreras) comienza a “naufragar en un mar de datos dispersos, confusos y contradictorios”.
Por tal razón, para el Senador electo por la Quinta Región Costa, el “mérito” de la confesión entregada en el día de ayer por el autoinculpado Contreras radica en que, a partir de ahora, “hay muchas piezas de este puzzle que comienzan a encajar unas con otras”, por lo que la causa que lleva el ministro en visita Manuel Silva Ibáñez empieza -según dijo- a “dotarse de coherencia”.
Añadió que el reconocimiento de Contreras de haber participado en la golpiza que costó la vida a Soto Tapia, genera un hecho a partir del cual debe llevarse a cabo una “investigación profunda” que revele el alto grado de participación del ex-conscripto y los otros tres inculpados en el caso. “Es imposible pensar que el crimen haya sido un acto protagonizado solo por cuatro personas”.