SANTIAGO.- El ministro Secretario General de Gobierno Heraldo Muñoz, descartó la posibilidad de decretar estado de emergencia en las zonas afectadas por los incendios forestales.
Muñoz dijo "que no nos pusiéramos legalista", porque la ayuda, tanto material como humana, se entregará esté o no decretado ese estado de excepción.
El secretario de Estado reiteró la disposición que tiene el Gobierno para cooperar en la labor de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) en el control de las llamas, y sostuvo que en caso de ser necesario se verá la forma de entregar nuevos recursos.
Con esto quedó abierta la posibilidad de que se le solicite al ministerio de Hacienda inyectar nuevos fondos para tal fin.
CONAF: Cambio de clima ha sido favorable
En tanto, fuentes de la CONAF dijeron que la situación de los incendios forestales está en vías de control, pero que ciertamente el cambio de clima ha sido favorable.
Según la última información de la CONAF existirían, 20 focos activos en la Región del Bío Bío, donde la situación de mayor riesgo se vive en la zona de Tirúa (3 mil hectáreas); en tanto en la Novena Región aún existen 12 focos de incendio, siendo Traiguén (sobre mil hectáreas) y la parte alta de Mallines de Lolca (4.800 hectáreas) los zonas más complicadas.
En cuanto a la Décima Región, fuentes de la CONAF dijeron no tener los últimos informes debido a que en las últimas horas las condiciones climáticas habrían cambiado drásticamente la situación de los incendios, al presentarse lluvias intensas y fuertes vientos.
Hasta el momento hay 1.700 brigadistas de la CONAF; 12 helicópteros y 1.000 efectivos del ejército a disposición para controlar las llamas.
Sin embargo, se espera que durante el transcurso de esta semana lleguen al país dos aviones desde España, Air Tractor (AT), con capacidad de 3 mil litros de agua cada uno y un helicóptero con 2.000 litros, que arrendó el gobierno de Chile para la ocasión.
Si bien el presupuesto de la CONAF para combatir incendios es de 5 mil millones de pesos anuales y hasta la semana pasada se habían gastado alrededor 3 mil millones, la CONAF advierte que el problema que actualmente vive el país no pasa por un tema de recursos "lo que hay en estos momentos, es un tema de clima y de topografía", señalaron las fuentes.
Según estadísticas de la CONAF en la temporada 1998-1999 se quemaron 108 mil hectáreas, mientras que en la temporada 2000-2001, 11 mil hectáreas. En tanto este año se han producido 4.800 incendios hasta la fecha, con una superficie total de 52 mil hectáreas, lo que representa un incremento de un 42% de la superficie quemada en comparación al promedio del último quinquenio.
Si bien los focos se pueden controlar con la lluvia, éstos no se extinguen totalmente si no llueve dos o tres días seguidos, por lo cual la CONAF seguirá trabajando en las regiones para liquidar los incendios.
En tanto, el último informe de meteorología señala que las temperaturas desde la Séptima a la Undécima Región disminuirán. Además la Octava Región presentará cielo nublado para variar a cubierto con lluvia y viento regular en el sector costero, mientras que se esperan lluvias en las Regiones Novena y Décima con viento norte de entre 60 y 80 km/hr.
Daños milenarios
Si bien al analizar las consecuencias que provocan los incendios, generalmente se hace referencia a la cantidad de "superficie quemada" o al monto económico de las pérdidas, pero los verdaderos daños que provocan en el mediano y largo plazo son muchos más de los que se puedan valorar en términos de madera o del dinero que se pierde.
Entre los daños podemos distinguir:
a) Ambientales
· Destrucción de flora y fauna.
· Empobrecimiento y erosión de los suelos.
· Destrucción de los ciclos del agua y oxígeno.
· Pérdida de agua para el cultivo y la comunidad.
· Contaminación ambiental y destrucción de la belleza del paisaje.
· Destrucción de los ecosistemas.
· Calentamiento de la atmósfera.
b) Económicos
· Posible mortalidad de animales domésticos e incluso de seres humanos.
· Destrucción de viviendas, maquinarias, infraestructura y equipos.
· Destrucción de cultivos agrícolas.
· Pérdida de la materia prima para la industria maderera, pulpa y papel.
c) Sociales
· Destrucción de la belleza del paisaje.
· Pérdida de áreas de recreación al aire libre.
· Inseguridad y riesgo para la población.
· Pérdida de la calidad de vida de la población.
d) Culturales
· Destrucción del hábitat natural.
· Pérdida de referencias culturales.
· Emigración de la población.
· Extinción cultural.