SANTIAGO.- La Tercera Sala de la Corte de Apelaciones, por unanimidad, decidió rebajar el procesamiento a los imputados en el robo de $428 millones a la empresa de transporte de valores, Wackenhut-Valcorp.
El tribunal consideró que los cuatro implicados serán procesados por hurto y no por robo con intimidación, lo que disminuye considerablemente las penas que puedan recibir.
Los hasta ahora autores del millonario robo al camión de transporte de valores, ocurrido el 9 de marzo, son Daniel Salazar, ex carabinero; Alexis González; y los hermanos Jorge y Leopoldo Pulido Arancibia, guardia y chofer de la empresa, respectivamente.
El abogado Gabriel Henríquez, quien defiende al líder de la banda, Daniel Salazar, sostuvo que con esta nueva tipificación del delito la pena máxima a la que pueden ser sometidos los procesados es de cinco años.
Cabe destacar que pese a la aprehensión de los involucrados, aún se desconoce el destino de los $ 428 millones. Diligencias posteriores a su captura determinaron que existen dos cómplices del atraco que continúan en la clandestinidad.
En el dictamen que rebajó el procesamiento de los imputados estuvieron presentes los ministros titulares de la Tercera Sala: Adaliz Oyarzún, Gabriela Pérez y Haroldo Brito
Procedimiento
Para efectuar el atraco, Daniel Salazar Troncoso, de 31 años, delincuente habitual, con conocimiento en planificación de asaltos y seguimiento de objetivos, ideó la perpetración del robo.
Posteriormente, contactó a los hermanos Leopoldo y Jorge Pulido, de la firma Valcorp, e integró a la pandilla a Alexis González Jara (ex carabinero) y otros dos cómplices.
La banda concluyó que el chofer del móvil, Leopoldo Pulido Arancibia, debía autoinferirse una herida de bala en la pierna para respaldar la idea de un asalto a la empresa.
Sin embargo, peritajes del Laboratorio de Criminalística demostraron la culpa de Pulido Arancibia, quien quedó con pólvora en su mano tras dispararse en el muslo.
Hacia Argentina
La policía civil determinó que los delincuentes iban a sacar la fortuna hacia Argentina, para crear una empresa ficticia y enviar la mayoría del capital a México.
Allí sería "lavado", para posteriormente ingresarlo a Chile en forma paulatina.