SANTIAGO.- La Corte Suprema conoció hoy la petición de designar un juez especial que investigue la muerte del ex agente de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) el químico Eugenio Berríos, ocurrida en Uruguay en 1995.
Según informaron fuentes judiciales, el máximo tribunal comenzó a ver los expedientes del caso, para analizarlo y adoptar una resolución próximamente.
Una vez conocidos los antecedentes del proceso, los jueces podrán resolver si desechan la petición, nombran un magistrado de la Corte de Apelaciones de Santiago o uno de la Corte Suprema.
El pasado 28 de marzo, el abogado de la familia de Berríos, Thomas Ehrenfeld, ingresó la solicitud a la Corte con el fin de que se nombre un juez que se aboque exclusivamente a la causa que actualmente está en manos de la jueza del Sexto Juzgado del Crimen de Santiago, Olga Pérez.
Esta es la tercera ocasión que Ehrenfeld presenta una solicitud de este tipo ante el máximo tribunal chileno. Las dos anteriores las realizó en 1996, pero fueron rechazadas.
El ex agente de la DINA, huyó de Chile en 1991 y se encontraba desaparecido desde 1993 hasta que su cadáver fue hallado dos años después enterrado en una playa cercana a Montevideo.
La investigación sobre el asesinato de Berríos fue archivada por la justicia uruguaya en 1998, luego de que el magistrado Alvaro González decidiera cerrarla bajo el rótulo de "Crimen no aclarado" y la fiscal Nancy Hagopian considerara que "no había elementos de convicción suficientes" para enjuiciar a alguien.
Sin embargo, en mayo del año pasado el caso fue reabierto luego de que desde Chile se denunciara como presuntos implicados en el crimen a un grupo de militares chilenos que habrían actuado en Uruguay.
Berríos, considerado el creador del letal gas sarín, huyó del país en noviembre de 1991 con destino a Uruguay, utilizando documentación adulterada, cuando era buscado en Chile como testigo clave para aclarar el asesinato del ex canciller Orlando Letelier, perpetrado en Washington en 1976.
En Montevideo vivió en una casa ubicada en el barrio Pocitos. En 1992, el ex químico de la DINA provocó un confuso incidente en una comisaría de la policía de Canelones, en la que se presentó para denunciar que había permanecido "secuestrado" en la casa de propiedad de los familiares de un militar uruguayo.
Finalmente, en abril de 1995, fue hallado muerto en una playa cercana a Montevideo. Su cadáver estaba semienterrado en la arena con las manos atadas y dos impactos de bala en la nuca.
Berríos aparece implicado también en el asesinato del funcionario español de las Naciones Unidas Carmelo Soria, ocurrido en pleno Gobierno Militar en julio de 1976.
Los restos del químico llegaron a fines de marzo pasado a Chile procedentes de Montevideo, luego de que la justicia uruguaya confirmara plenamente, mediante pruebas de ADN, que el cadáver hallado en 1995 correspondía al del Berríos.
