SAO PAULO.- La policía brasileña sospecha que las armas encontradas en una camioneta que fue confiscada hoy en la ciudad de Sao Paulo, pertenecen a los chilenos presos en el país por el secuestro del publicista Washington Olivetto.
Las armas -un fusil, una ametralladora, cinco pistolas y un revólver- estaban guardadas dentro de una camioneta que fue abandonada en un estacionamiento desde el 2 de febrero, día en que Olivetto fue liberado tras permanecer plagiado desde el 11 de diciembre de 2001.
Los administradores del estacionamiento informaron que el vehículo fue dejado allí por dos hombres que hablaban en español, llevaban un mazo de dinero y pagaron anticipadamente unos 110 dólares, pero que nunca volvieron a buscar el automotor.
Informados sobre el abandono de la camioneta, miembros de la Policía Civil de Sao Paulo decidieron inspeccionarla y encontraron, además de las armas y de abundante munición, chalecos y otras prendas utilizadas por la Policía Federal.
El grupo que secuestró a Olivetto, entre ellos tres chilenos, una argentina y un colombiano arrestados en enero pasado, utilizó chalecos de la Policía Federal para, en un falso retén instalado en una calle de Sao Paulo, interceptar el vehículo en que se movilizaba el publicista.
Dentro de la camioneta confiscada por la policía también fue hallada una bandera del club argentino de fútbol Boca Juniors.
Según las autoridades, el vehículo encontrado no ha sido denunciado como robado, aunque se desconoce si su propietario lo registró con un nombre falso y si aún está en el país.
El grupo que secuestró al publicista brasileño, por cuya liberación exigía diez millones de dólares, era liderado por Mauricio Hernández Norambuena, uno de los dirigentes del Frente Manuel Rodríguez (FMR).
Entre los seis extranjeros presos por el secuestro figuran otros dos chilenos vinculados a organizaciones de izquierda que combatieron el régimen del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Hernández Norambuena, que está detenido en un presidio de Sao Paulo, fue uno de los tres líderes del FMR que huyó en 1996 desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) de Santiago, en la que cumplía condena de cadena perpetua por homicidio y secuestro.