SANTIAGO.- El senador del Partido Por la Democracia (PPD), Nelson Avila, valoró hoy los nuevos antecedentes que ayer dio a conocer a la opinión pública en el caso de la desaparición y muerte de Pedro Soto Tapia.
Según las nuevas informaciones, el conscripto del Regimiento Yungay de San Felipe habría sido asesinado por una secta que operaría al interior del Ejército, llamada Círculo Negro.
Los nuevos datos surgieron de la lectura del diario de vida de Sandro Eduardo Luan González, miembro del grupo que integrarían sólo boinas negras.
"No se trata tan sólo de un diario de vida, sino que hay un conjunto de elementos que serán puestos a disposición del ministro en visita, para que ordene las diligencias de rigor que permitan por fin el esclarecimiento de la muerte del conscripto Soto Tapia", dijo Avila.
Recalcó que "estos antecedentes tienen el mérito que tocan todas las piezas aún aquellas que parecían casi absurdas, imposibles de lograr con un grado de coherencia con las diferentes hipótesis que se formularon".
El senador PPD indicó que el Círculo Negro estaría implicado en tráfico y consumo de drogas entre los años 1995 y 1997, ocasión en que por curiosidad, Pedro Soto Tapia tomó contacto con el grupo, consumió drogas y se involucró con sus integrantes.
El legislador señaló que uno de los miembros del grupo habría sido un subteniente, a quien identificó como Claudio Lobos, quien, según su versión, nunca tuvo simpatías por el soldado.
Agregó que el mencionado Círculo Negro habría tratado de ahogar a Soto Tapia, quien fue herido a bala, condición en la cual trató de huir muriendo desangrado en la gruta del Cerro La Virgen de San Felipe, donde fueron encontrados sus restos.
"Una de las preocupaciones de los homicidas era que el cuerpo presentaba heridas de bala. Por ello, Lobos decidió raspar los huesos y dejar sólo las osamentas", relató Nelson Avila.
"Todos debemos imaginarnos que estas personas ingresaron al Ejército en condiciones normales, tanto físicas como síquicas. Fue entonces la vida del cuartel la que los hizo desarrollar una potencialidad psicópata", recalcó.
Según los antecedentes de Avila, el alto mando de la institución no tenía conocimientos de estos hechos, aunque sí las autoridades del Regimiento Yungay.
Sobre el juez Manuel Silva Ibáñez, quien se desempeñó como ministro en visita desde el principio de la investigación por la muerte del conscripto, dijo que "terminamos tremendamente defraudados en la investigación que llevó a cabo".
"Nunca dio satisfacción a los constantes requerimientos que hicimos para ordenar diversas diligencias que creíamos oportunas para esclarecer el caso", concluyó Avila.