VALPARAISO.- Con la lectura de la carta de renuncia del senador Pinochet, por parte del senador institucional Jorge Martínez Busch culminó esta tarde el proceso por el cual el general en retiro renunció a su cargo vitalicio en la Cámara Alta.
La jornada, que estuvo marcada por incidentes en la tribuna de la Corporación, finalizó con la intervención de cada uno de los senadores de los comités representantes de los partidos políticos en el Congreso.
El primero en hacer uso de la palabra fue el senador Roberto Muñoz Barra del Partido Por la Democracia (PPD), quien emplazó a mirar positivamente el futuro y rescatar las enseñanzas de nuestra historia reciente. “Nunca bajo ninguna circunstancia civiles y militares debemos romper el Estado de Derecho. Los políticos no debemos recurrir a la instrumentalización de las Fuerzas Armadas”.
A nombre del PPD, Muñoz Barra consideró que no le parece correcta la forma en que el general en retiro, Augusto Pinochet, presentó su renuncia al Senado pues tras el dictamen de la Corte Suprema era un camino natural que debía seguirse.
En este sentido, fustigó que se tratara de ennoblecer un acto, que por cuya naturaleza, era inevitable.
“No es correcto ennoblecer gestos que son inevitables. Ni mucho menos pretender utilizar al presidente del Senado –Andrés Zaldívar- en su renuncia, ni al Cardenal Errázuriz como mensajero”, agregó.
El representante del PPD dejó en claro la posición de su partido respecto de que el Congreso debe ser una Institución donde deben estar representados libremente la opinión de la ciudadanía.
Después de Muñoz Barra tomó la palabra Rafael Moreno, representante del Comité de la Democracia Cristiana y quien también recogió las palabras de Muñoz Barra en cuanto a que la Cámara Alta debe estar integrada exclusivamente por senadores elegidos por el pueblo y “la renuncia que hemos conocido hoy es el primer paso para lograrlo”.
Moreno hizo hincapié en que todo el proceso judicial que protagonizó Pinochet durante estos años sólo fue posible gracias a la decisión y tenacidad de los familiares de detenidos desaparecidos, por lo tanto “respaldan unánimemente y sin vacilación la forma en que ha actuado la mesa de la Corporación porque gracias a la gestión de su presidente –Andrés Zaldívar- este episodio ha sido llevado de la manera más transparente posible”.
En cuanto a la renuncia de Pinochet, Moreno dijo que si una persona no está en condiciones de enfrentar los tribunales, tampoco puede ejercer su cargo como legislador. “Este es un paso decisivo y esperamos que sea seguido próximamente por las reformas constitucionales que reemplace a la totalidad de los senadores institucionales y vitalicios por senadores elegidos democráticamente. El Senado no debe seguir estando integrado por personas que no hayan sido elegidas democráticamente”. En este punto Moreno hizo hincapié en que no se cuestiona a las personas que ostentan el cargo sino que a la institución misma de los senadores designados.
Posteriormente habló el senador Juan Antonio Coloma, quien reconoció el gesto efectuado por Pinochet al renunciar a su cargo.
“Estamos ante un hombre público en quien prima el interés de la Patria antes que las conveniencias personales”.
Coloma expreso su molestia y sorpresa por la actuación de algunos senadores de izquierda en este episodio por no dejar pasar la oportunidad de enlodar el gesto antes mencionado intentando “volver a sembrar el odio y la división entre los chilenos”.
Por último, Coloma señaló que “no participaremos en un debate convocado en un espíritu contrario al espíritu nacional y que ha quedado demostrado esta tarde”.
Tras Coloma habló el senador Baldo Prokurica del Comité de Renovación Nacional, quien señaló que “con este acto Pinochet ha dado al país una nueva muestra del patriotismo y generosidad que caracteriza a los próceres de la Nación. Ni aún este acto de renuncia satisface el espíritu vengativo de un sector minoritario, que es una ínfima minoría de la clase política del país y que quiere arrastrarnos a un clima que impide todo diálogo y progreso. El pueblo chileno nos demanda que trabajemos en resolver sus problemas y no en revivir los odios del pasado”.
Prokurica también hizo alusión a que todos los sectores políticos deben reconocer su responsabilidad en los hechos que desembocaron en el pronunciamiento militar.
“No eludimos nuestra responsabilidad por omisión o por inadvertencia, pero también exigimos que quienes provocaron el odio y la violencia asuman la suya”.
El siguiente en hablar fue Carlos Ominami del Partido Socialista, quien señaló que ha terminado un proceso que nunca debió haberse producido, como fue el juramento de Pinochet en el Senado, por cuanto fue la misma persona que mantuvo cerrado por 17 años el Parlamento.
“Ello lesiona la dignidad de esta Institución, es un acto de arrogancia”.
“Los socialistas desean construir un futuro sobre una base firme, y ese futuro será posible a través de la justicia y la libertad, que son las únicas herramientas para poder cicatrizar las heridas del pasado”, agregó.
El senador PS cuestionó también la renuncia de Pinochet arguyendo que “es el camino lógico pues era contraproducente que si los tribunales lo declaran demente para enfrentar un juicio no podría ejercer un cargo en el senado”.
Ominami criticó la forma en que Pinochet haya renunciado por cuanto correspondía un pronunciamiento del Tribunal Constitucional que inhabilitara a Pinochet en el ejercicio del cargo.
“Si Pinochet hubiera regresado al Senado habría socavado el fundamento de su alegato en los tribunales. Pinochet no podía volver porque en ese mismo momento se exponía a nuevas acciones judiciales y él sabía perfectamente que el caso Prats lo esperaba”.
Aún así, Ominami dijo que pese a la renuncia de Pinochet no termina la transición en Chile, pero sí es evidente que cierra una etapa.
Finalmente habló Jorge Martínez Busch, quien a nombre del senador Julio Canessa expuso las consideraciones de la bancada de senadores institucionales provenientes de las Fuerzas Armadas.
Con una carta de dos carillas, el senador Martínez Busch alabó la decisión de Pinochet de renunciar al Senado.
“Es natural que la figura del hasta unos días senador vitalicio genere polémica. Para algunos será siempre en el recuerdo un soldado que cargó sobre sus hombros la responsabilidad de salvar a la Patria cuando su integridad y fisonomía histórica se vieron amenazados por la lucha a muerte de los sectores políticos y la inoperancia de las instituciones llamadas, constitucionalmente, a salvarlas. Para otros, en cambio, resultará imperdonable que hay puesto abrupto fin al sueño armado y revolucionario que, en el concepto de la guerra fría, la potencia comunista introdujo aquí desde Cuba”.
Luego, dice que el juicio definitivo de esta situación no está en manos de esta generación, aun cuando es justo reconocer que el país le debe al Presidente Pinochet la construcción de un nuevo sistema institucional que devolvió la democracia a Chile en un proceso claramente definido y ordenado”.
Asimismo recalcó que las diferencias de opinión son propias de la naturaleza democrática que nos rige. “La confrontación de pareceres es consustancial al sistema democrático, esto es al modo de convivencia que el ex presidente Pinochet reemplazó en Chile”.
Antes de leer la carta del senador Canessa, Martínez Busch leyó la misiva de renuncia de Pinochet.
