SANTIAGO.- Contrariamente a lo expresado esta mañana por el Presidente Ricardo Lagos, en el sentido de que no se le quitaría la urgencia al proyecto de reforma de la salud, el secretario general de la presidencia, Mario Fernández, afirmó este mediodía que el Gobierno ha resuelto retirar las urgencias de los proyectos que conforman el plan AUGE.
Tras sostener una reunión con los miembros de la comisión unida de Salud y Hacienda de la Cámara de Diputados, el secretario de Estado informó que "hemos coincidido en un plazo de tratamiento de estos proyectos de aquí a fin de año. Es un plazo prudente y rápido para la envergadura que tienen los proyectos".
Fernández aclaró que esta medida fue tomada con el propósito de que "los diputados trabajen tranquilos y en un plazo que ellos mismos han estimado prudente para el tratamiento de estas materias".
"El Gobierno considera innecesario que se le esté enviando permanentemente urgencias para su tratamiento", explicó.
Consultado sobre la evidente descordinación comunicacional entre las autoridades de Gobierno, Fernández dijo que las urgencias se mantenían "inalterables hasta este minuto y a partir de esta conversación se tomó la decisión".
Sobre el mismo tema, el Ministro Secretario General de Gobierno, Heraldo Muñoz, señaló que el fundamento de mantener la rapidez en la tramitación de los proyectos se mantiene, ya que el Gobierno postula que se deben estudiar en el plazo más razonable posible.
El Presidente Lagos había anunciado días atrás que le fijaría urgencia simple a los cuatro proyectos de ley que conforman el Plan AUGE, actualmente radicados en la Cámara de Diputados.
La medida significaba que los parlamentarios tenían un plazo de 30 días para despachar los proyectos, situación que fue considerada técnicamente imposible por los miembros de la comisión unida de Salud y Hacienda.
Frente a las críticas por el plazo impuesto por el Ejecutivo para despachar la reforma a la salud, el Mandatario declaró en numerosas ocasiones que era necesario que se le otrogara urgencia simple a la iniciativa, de manera de asegurar una discusión rápida que no se prolongara más de la cuenta.
La propuesta del Ejecutivo, enviada al Congreso la última semana de junio, debió enfrentar una dura resistencia en los gremios de la Salud, en partidos políticos y sectores empresariales, sobre todo en la fórmula de financiamiento, pues contempla aumentar el impuesto al alcohol, al tabaco, a los juegos de azar, a la importación de petróleo diesel, y el 0.25% del IVA.