SANTIAGO.- El presidente subrogante del Consejo Superior del Transporte, Enrique Bermúdez, al ser consultado por las declaraciones que hizo Demetrio Marinakis ayer en los tribunales al decir "si quieren sangre, la tendrán", responsabilizándose además del bloqueo de calles durante el paro, dijo que conversó hoy con el dirigente quien admitió, textualmente, que "fue una escapada; la embarré".
Bermúdez señaló que el resto de los empresarios del gremio se encuentran bastantes tranquilos, sin problemas y reciben un buen trato por parte de personal de Gendarmería.
A las 09.05 horas ingresaron al penal esta mañana los familiares de los cinco detenidos. Uno de ellos fue el hijo de Marinakis, Cristián, quien manifestó que las declaraciones hechas por su padre obedecían al hecho que su padre sentía el gremio como su segunda familia, y por ello el tenor de sus declaraciones. Y era un sentimiento que no tenían todos los dirigentes que lideran el gremio microbusero.
En horas de la mañana el subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil, se había referido a los dichos de Mareinakis, manifestando que estamos en un país "donde la sangre no corre ni se busca", precisando que - a su juicio- esas opiniones fueron desafortunadas dichas al calor de los hechos, y que en materia de argumentos los empresarios de la locomoción colectiva quedaron muy mal parados ante la opinión pública.
En entrevista con Radio Cooperativa, Correa también fue requerido por el alcance de los dichos de Marinakis al asumir la responsabilidad del bloqueo de calles durante el paro, sin mostrar arrepentimienton descartar la posibilidad de hacerlo de nuevo si las condiciones lo ameritaran.
Al respecto, Correa observó "si algo así ocurriera estaríamos frente a una persona peligrosa para la sociedad. Un empresario que se dedica a taponear con sus buses la ciudad de manera permanente es peligroso para la sociedad. No quiero decir que en este momento lo sea, quiero ser muy claro, por eso sus palabras prefiero entenderlas como una reacción emocional ante una mala noticia, pero no como una fría planificación de que efectivamente va a actuar así en todo momento".
En ese sentido advirtió que en "en derecho hay que atenerse más a los actos que a las palabras, afortunadamente. No son las intenciones las que valen, sino que los actos".
