SANTIAGO.- El nuevo Presidente de la Multigremial del Transporte, Héctor Moya, emplazó al Ministro del Interior, José Miguel Insulza, a que "les sugiera a sus sobrinos", accionistas de la empresa LIT, a que se retiren de lalicitación de Metrobús, porque -a su juicio- no parece correcto que parientes tan directos participen en el proceso donde el Estado tiene la decisión.
Héctor Moya acusó días atrás al Gobierno de montar "un circo" con la detención de la cúpula autobusera para ocultar el problema de fondo, que dicha licitación -detonante del paro- está viciada.
Argumentó que "las bases circularon anticipadamente entre algunos interesados y que en un país serio no es posible que el Ministro del Interior haya sido dueño de la empresa que se adjudicó 3 de los 7 paquetes de recorridos".
Moya alude a la versión de vínculos entre Insulza y buses LIT, empresa, cuyo 51 por ciento fue comprado el año pasado por el grupo español Alsa.
Se ha indicado que hasta 1981 LIT tuvo dos dueños: Rubén Venegas y Agustín Insulza -padre del Secretario de Estado-, quien falleció en 1981. Sus derechos, agrega la versión, fueron repartidos entre sus herederos, asumiendo su representación Agustín Insulza hijo, sobrino del Ministro del Interior.
Tras volver del exilio, se agrega, José Miguel Insulza vendió su participación. LIT se reorganizó en 1990 con seis socios, incluyendo a su hermano Agustín.
Hoy, en entrevista con radio Cooperativa, Moya manifestó que "a mí no me interesa el patrimonio del Ministro Insulza, lo que a mi me interesa es que haya transparencia en una licitación que involucra a miles de pequeños empresarios y al Estado, que es plata de todos los chilenos".
Consultado si cree que debería renunciar el Ministro, Moya contestó: "O que renuncien los jóvenes, sobrinos que participan en la empresa o el Ministro deberá ver cómo soluciona un problema de transparencia pública".
Microbuseros y autobuseros decidieron ayer reactivar la otrora Multigremial del Transporte, liderado por Héctor Moya.
Al respecto, el Ministro de Transporte, Javier Etcheverry, expresó que dicho organismo no tendrá ningún futuro si se pretende transformar en un elemento de presión para oponerse a la modernización.
