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Cardenal Errázuriz califica de "inaceptable" conducta del padre Tato

"Para mí ha sido un hecho sumamente doloroso, muy doloroso lo que han sufrido las personas, las dos niñas, sus familias, la comunidad cristiana", señaló el Arzobispo de Santiago, a su arribo al país procedente de Roma.

23 de Octubre de 2002 | 11:12 | ORBE, El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- El Arzobispo de Santiago, cardenal Francisco Javier Errázuriz,al ser requerido sobre la situación del detenido sacerdote José Andrés Aguirre, conocido como el padre Tato, acusado de estupro, señaló que "para mí ha sido un hecho sumamente doloroso, muy doloroso lo que han sufrido las personas, las dos niñas, sus familias, la comunidad cristiana", agregando que la conducta del religioso, involucrado en violaciones a menores "es un hecho también inaceptable".

El prelado fue consultado sobre el tema a su arribo al país procedente de Roma donde participó en la visita ad limina que los obispos realizan al Sumo Pontífice.

El cardenal indicó que "un sacerdote lo que debe hacer es estar junto a la personas en nombre de Jesucristo, transmitir el amor de Dios; de ninguna manera dañarlas".

Agregó que también le preocupa la suerte del sacerdote, ya que ha estado bastante enfermo. "Tiene que ser un momento muy aflictivo para él", concluyó.

Finalmente indicó que más adelante abordará el tema.

Una monja fue la que denunció al padre Tato

Una monja denunció el mes pasado a los tribunales de justicia las conductas irregulares del sacerdote José Aguirre Ovalle, de 45 años.

La religiosa intervino luego de que el día 18 de septiembre, una de las víctimas de 16 años confesara en medio de un ataque de nervios a su madre que había sido abusada por el vicario de la iglesia San Isaac de Quilicura, donde trabajaba.

Los escándalos relacionados con el sacerdote llegaron a oídos de la Iglesia en la década de los '90. Fuentes de tribunales informaron ayer a este diario que los padres de una de las niñas de las que Aguirre abusó sexualmente en un colegio de Las Condes se entrevistaron con el entonces Arzobispo de Santiago, Carlos Oviedo Cavada, frente a quien lo acusaron formalmente.

Públicamente no hubo señales de reacción de la Iglesia.

Conocido en colegios

José Aguirre Ovalle fue director espiritual de los colegios Villa María Academy, Sagrado Corazón de Apoquindo (Monjas Inglesas), Juanita de Los Andes, Bradford y Sagrados Corazones de Manquehue, párroco de la iglesia de Colón Oriente, y confesor del colegio Verbo Divino.

En este último plantel frecuentaba las casas de los alumnos, donde conocía a sus hermanas, se informó.

Después abandonó Chile y fue enviado a una misión religiosa en Honduras. Al regresar al país, se hizo cargo de la Vicaría Pastoral de Quilicura.

"Fue demasiado lejos. A mi hija le dio besos en la boca cuando tenía 14 años de edad y la enamoró", señaló indignada una madre que relató que la niña apremiada debió recibir apoyo sicológico.

Las denuncias hechas en las Monjas Inglesas contra el sacerdote motivaron a la directora María Emilia Montes a despedirlo.

"Colocaba a las niñas en el interior del confesionario para tocarlas", denunció otra mujer.

"Las perseguía. Iba a Santo Domingo a veranear. Usaba trajes de baño pequeños y provocadores. Siempre estaba muy bronceado por el sol y gastaba mucha plata. Además andaba en moto para llamar la atención. No llevaba la vida de un cura", afirman testigos.

"Yo lo enfrenté", cuenta una madre. "Comenzó a llamar por teléfono a mi hija que recién se preparaba para su Primera Comunión y tenía diez años. Me llamó la atención que un señor de voz tan grave llamara a la niña y le pregunté quién era: 'Es el padre de mi Primera Comunión', me contó. Yo pensé que era bueno que quisiera conocer también a las niñitas en su hogar y que viniera a la casa. Lo conocí. Era un hombre muy atractivo y le pregunté derechamente qué hacía para vivir en el clero con su físico. 'Tengo una vocación muy grande. Es el fuerte de mi existencia y le pido a Dios constantemente que la sostenga', me explicó, pero no me convenció".

La mujer agregó que recién había leído el libro "El pájaro canta antes de morir" e intuitivamente rechazó nuevos acercamientos del sacerdote a su hija.

Alumnas de los otros colegios en que ofició de sacerdote contaron que el padre Aguirre coqueteaba abiertamente con ellas. "Era regio. Nadie podía mirarlo totalmente como cura. Todas estábamos enamoradas del conocido y popular padre "Tato". Había rumores que circulaban, pero nadie podría pensar que él, que era un amor con todos, fuera un corrupto", dijeron.
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