SANTIAGO.- En su tradicional mensaje de Navidad, el Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz, se refirió a los hechos que han afectado durante este año a Chile y al mundo, como los escándalos de corrupción, la pedofilia y las amenazas de una guerra con Irak, ante lo cual llamó a acoger el mensaje de Jesucristo como la única fuente de esperanza para aliviar la tristeza que éstos producen.
En su homilía durante la Misa del Gallo, celebrada a las 21:00 horas de este martes en la Catedral de Santiago, monseñor Errázuriz dijo que la confusión e inseguridad nos invade "cuando nos olvidamos del verdadero significado que tiene la Navidad".
"Nos confunden a veces las denuncias de oscuros homicidios y de brotes de violencia, la inseguridad laboral, las desavenencias familiares, la deprimente falta de entendimiento entre tantos políticos, la corrosiva corrupción, como también las redes de abusos de menores y de la droga. Y nos confunde en el horizonte la posibilidad de una nueva guerra de imprevisibles proporciones. Pero tanta confusión y tanta inseguridad nos invade, sólo cuando nos olvidamos de la fuente de esperanza que es la Navidad, y de su hondo significado", sostuvo.
En su mensaje, el Arzobispo de Santiago explicó también que Dios contempla desde lo alto los propósitos violentos, los desaciertos y los males del hombre, y que por ello, un buen día decidió darle un vuelco a la historia. Pero, en lugar de enviarnos cosas –dijo el Cardenal- "tomó la decisión de venir él mismo y de poner lo suyo en el corazón de la humanidad".
"Tomó la decisión de regalarnos más luz, más confianza, más ardor interior, más vida, más amistad, más caminos de arrepentimiento y clemencia, más semillas de felicidad. En su corazón decidió darnos un nuevo impulso, transmitiéndonos su amor, su alegría, su benevolencia y su paz", agregó.
El Cardenal Errázuriz recorrió las Escrituras para explicar que Dios ya había anunciado que construiría una alianza con el hombre: "Yo mismo tomaré la iniciativa y vendré a la ciudad de mi siervo David. Yo mismo entraré a la historia, y seré pan bueno para los hombres, pan bajado del cielo, alimento para que el mundo tenga vida y esperanza (Jn 5,33)".
Por ello, el purpurado llamó a acoger el nacimiento de Jesucristo de manera de encontrar la paz necesaria para vencer el decaimiento que impera en estos días.
"Acojámoslo a él, que es nuestra paz. Acojamos su amor, su ejemplo, y sus caminos de esperanza. Nos alejan del desconcierto. No vivamos confundidos ni en sombras de muerte. Dondequiera que vivamos, con quienquiera que estemos, seamos con Jesús constructores de la paz", concluyó el Cardenal, quien deseó al país "una muy feliz Navidad".
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Documentos EMOL.
