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Declaración pública de Ágatha Gambardella, esposa de Carlos Cruz

11 de Febrero de 2003 | 13:27 | El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- En un comunicado público leído en el Anexo Cárcel Capuchinos, Ágatha Gambardella, la mujer del ex biministro de Obras Públicas y Transportes, Carlos Cruz, defendió lo realizado por su marido durante su gestión en el ministerio y señaló que todas las contrataciones externas realizadas fueron "en beneficio del país y que es por ello que Chile goza hoy de una gran infraestructura en obras públicas, carreteras y aeropuerto".

Declaración de Ágatha Gambardella

"Nos había parecido prudente guardar silencio mientras Carlos permaneciera privado de libertad.

Nuestros abogados han pedido muchas veces se le conceda la libertad condicional, a la que tiene derecho. Ella le ha sido denegada hasta hoy. En este tiempo de prisión, su honorabilidad ha sido gravemente puesta en duda con falsas imputaciones, ampliamente difundidas a través de los medios de comunicación.

Carlos NO es culpable de delito alguno. El único propósito que lo motivó, mientras fue Ministro y antes Coordinador General de Concesiones, fue aumentar la eficiencia, la productividad y la rapidez en la puesta en práctica del nuevo sistema de concesionar grandes obras de infraestructura, que transformaron como nunca en nuestra historia la fisonomía del país.

El organismo a cargo de ese gran programa, la Coordinación General de Concesiones, carece y carecía de una planta de personal suficiente para desempeñar su trabajo.

Por ello es que se hace necesario encargar a empresas externas todas sus labores de apoyo, permitiendo así suplir su insuficiente personal a un costo menor.

Estas contrataciones están expresamente autorizadas por la ley desde el año 1989.

El Ministerio de Obras Públicas celebró este género de contratos, primero con la Universidad de Chile y después con GATE, siempre debidamente aprobados por la Contraloría General de la República.

Cuando Carlos asumió el cargo de Ministro, decidió mejorar el rendimiento y resultados del MOP.

Para hacerlo necesitaba elevar la eficiencia de la operación de Concesiones, contratando personal externo y pagando horas extraordinarias, por labores también extraordinarias, a funcionarios del Ministerio a su cargo. Se requería mayor financiamiento para lograrlo y por ello tomó, personalmente, dos decisiones:

•1 centralizar los recursos de los ítems “Proforma” que existieren en o recursos de estos que sean traspasados para cubrir los gastos corrientes de la operación de la unidad de Concesiones.

El ítem "Proforma" se incluye siempre por norma en algunos contratos para solventar partidas que no pueden ser previstas y son administrados por cada jefe de proyecto. Habitualmente cada jefe de proyecto disponía de la totalidad de estos montos para proveerse de medios o equipamientos. Con el afán de racionalizar esos recursos y dada la precariedad del presupuesto, decidió centralizarlos en una sola cuenta, para darle el uso que respondiera a las prioridades con visión de conjunto.

•2 Decidió también obtener recursos privados, que fueran puestos a disposición por empresas constructoras con OBRAS ADJUDICADAS Y EN EJECUCIÓN. Ello constituyó un aporte de las empresas a la tarea común de lograr una contraparte estatal más ágil y más efectiva. Esa mayor agilidad y efectividad permitió una mejor administración del presupuesto y dio ventajas en los procesos de construcción. También, entre otros beneficios, la mayor eficiencia economizó al fisco eventuales pagos de multas por incumplimiento de compromisos.

Todos estos recursos fueron administrados por la línea regular del Ministerio; por su jefe de finanzas, por sus fiscales y por sus Directores.

El destino de todos estos fondos no fue oscuro, ni secreto, ni menos aún ilegal. Todos ellos fueron ocupados en satisfacer las demandas que imponía la tarea de empujar el más ambicioso plan de infraestructura de nuestra historia.

El apoyo de las empresas fue solicitado pública y colectivamente exponiendo como razón de la solicitud la precariedad presupuestaria y la necesidad de las propias empresas de contar con una contraparte eficiente. La política de contribución privada para las labores públicas fue el producto de un proceso de análisis con los actores involucrados.

Las empresas que hicieron sus aportes, todas con obras en curso, jamás fueron presionadas y nunca fueron favorecidas de manera especial. Su único beneficio fue la mayor eficiencia del Ministerio.


El Estado no sufrió daño alguno a su patrimonio. Por el contrario se benefició con el aporte privado y se resguardó de eventuales costos por retraso de las obras.

Los resultados del plan de infraestructuras son conocidos por los ciudadanos y constituyen un orgullo para el país, para la ciudadanía, para las empresas y para los funcionarios del Ministerio de Obras Públicas, tan injustamente atacados en estos meses.

Estamos orgullosos de lo alcanzado y Carlos se siente honrado de haber encabezado esa gran labor que transformó el rostro del país".

Ágata Gambardella
11 de febrero de 2003
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