SANTA CRUZ DE LA SIERRA.- El siguiente es el texto completo de la declaración de los episcopados de Chile, Perú y Bolivia al concluir su reunión de tres días en este ciudad,:
"Por la unidad e integración de nuestros países, somos pueblos hermanos
Autor: Episcopados de Chile, Perú y Bolivia
Fecha: 22-02-03
“Hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20, 35). En este contexto de conversión y solidaridad, nosotros como Pastores, queremos compartir con las Comunidades Eclesiales de Bolivia, Chile y Perú, nuestras reflexiones y compromisos.
1. Los Obispos que integramos los Consejos Permanentes de las Conferencias Episcopales de Bolivia, Chile y Perú, nos reunimos, en el nombre del Señor, los días 20, 21 y 22 de febrero en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra – Bolivia. Los que venimos de Chile y Perú agradecemos a nuestros hermanos de Bolivia por su cordial acogida. Nos han hecho sentir como en nuestra “propia casa” y con ellos compartimos sus angustias y esperanzas por los recientes acontecimientos vividos en el País. Los de Bolivia agradecemos la visita fraterna y alentadora de nuestros huéspedes.
2. Para nosotros estos días han sido una fuerte presencia del Señor, una experiencia de gozosa fraternidad en continuidad con el espíritu de comunión que se vivió en el primer encuentro, realizado hace tres años en la ciudad de Iquique – Chile. Los tres Episcopados hemos reconocido que, siendo pueblos hermanos, debemos continuar el proceso de reconciliación con una mirada de mayor entendimiento y cooperación, superando antiguas heridas o situaciones de desconfianza que hoy no tienen sentido.
3. Desde nuestra misión de servidores del Evangelio de la esperanza, hemos analizado la realidad política, económica y social de nuestros países. Nos hemos fijado en el aporte que presta y debe prestar la Iglesia en esa situación. Coincidimos que “ante un mundo roto y deseoso de unidad es necesario proclamar con gozo y fe firme que Dios es comunión, Padre, Hijo y Espíritu Santo, unidad en la distinción, el cual llama a todos los hombres a que participen de la misma comunión trinitaria” (Iglesia en América Nº 33).
4. Nuestros pueblos tienen dificultades de diversa índole en el desarrollo de su vida social. Esto contribuye a que un cierto grupo de ciudadanos disminuya su confianza y credibilidad en las instituciones y autoridades. Incluso se llega a percibir el desinterés de los jóvenes en participar en la vida democrática de sus países. La Iglesia valora el mundo de la política como “forma eminente del ejercicio de la caridad” (Pío XII) con tal que éste busque el servir a la comunidad y no al beneficio personal, se oriente al Bien Común y combata toda corrupción.
5. Hemos podido constatar que el sistema neoliberal sigue afectando grave y progresivamente la vida de la mayoría de las personas de nuestros países. Como nos dice el Papa Juan Pablo II en su Mensaje de la Cuaresma 2003: “Frente al triste espectáculo de la pobreza permanente que afecta a gran parte de la población mundial, ¿cómo no reconocer que la búsqueda de las ganancias a toda costa y la falta de una activa y responsable atención al Bien Común llevan a concentrar en manos de unos pocos gran cantidad de recursos mientras que el resto de la humanidad sufre la miseria y el abandono? (Nº 2). Por eso, como Pastores asumimos esta realidad como un desafío a fin de “luchar contra la pobreza con un corazón de pobre” (Mensaje Sínodo de Obispos Nº 15) y evangelizar a los constructores de la sociedad.
6. Desde nuestra fe en Jesús y desde nuestra misión de pastores reafirmamos la convicción de estrechar aun más nuestros esfuerzos para una creciente comunión entre nuestras Iglesias y nuestras Conferencias Episcopales con el único propósito de acompañar a nuestros pueblos y ser un permanente aliento de esperanza, integración y solidaridad.
7. Reiteramos lo que manifestamos hace tres años en la reunión de Iquique: “Creemos que las zonas vecinas del norte de Chile, sur del Perú y occidente de Bolivia tienen grandes posibilidades de complementación y de beneficios mutuos, en vistas a un crecimiento integral. Animamos a realizar un esfuerzo trinacional para la creación de un polo de desarrollo en la región”.
8. Nuestro deseo común es seguir acompañando, como Pastores, la evangelización de los pueblos originarios o indígenas para encarnar la Palabra de Dios en cada pueblo, en su propia cultura, en su lenguaje y en toda su manera de vivir, de tal modo que el Evangelio sea aceptado y asumido en forma libre y liberadora. Junto con los agentes pastorales seguiremos profundizando en los logros y desafíos de la religiosidad popular.
9. En las celebraciones Eucarísticas realizadas en el Seminario San Lorenzo, en la Iglesia Catedral y en el Santuario Mariano de Cotoca hemos vivido una experiencia de unidad en la fe y en el amor del Señor. Nos hemos sentido impulsados a transmitir a nuestras comunidades el sueño de una Patria grande Latinoamericana, unida en un proyecto histórico común.
10. Frente al grave peligro de guerra en el Medio Oriente, cuyas consecuencias redundarían en un gran daño para la humanidad, nos unimos a la preocupación del Santo Padre orando insistentemente por la paz y promoviendo la unidad y la integración de nuestros pueblos.
11. Valoramos muy positivamente la realización de este encuentro. Ha sido principalmente un gesto de confraternidad entre los Obispos participantes y también de nuestros respectivos países que están llamados a una creciente unidad para construir un futuro esperanzador que tenga en su mirada los retos del fenómeno de la globalización en este comienzo del siglo XXI.
12. Ponemos nuestra confianza en la maternal intercesión de María, Estrella de la Nueva Evangelización, tan venerada en nuestros países, para que Ella nos alcance la gracia de hacer realidad nuestra misión evangelizadora según el Corazón de su Hijo Jesucristo.
Santa Cruz de la Sierra, 22 de febrero de 2003".