SANTIAGO.- La Corte de Apelaciones de San Miguel designó a la titular del Primer Juzgado del Crimen de Puente Alto, Gabriela Gómez, como jueza con dedicación exclusiva para estudiar la muerte del coronel Gerardo Huber Olivares.
Esta decisión fue adoptada luego que el lunes pasado Consejo de Defensa del Estado (CDE) solicitara el nombramiento de un ministro en visita para investigar la muerte de Huber, cuyo cadáver fue encontrado en las aguas del río Maipo el jueves 20 de febrero de 1992.
El ex jefe del Departamento de Adquisiciones en el Exterior de la Dirección de Logística del Ejército había desaparecido la noche del 29 de enero de ese año, justo después que en las noticias de TVN se mostrara la factura que demostró que Chile vendió armas a Croacia y no a Sri Lanka, como se había dicho.
Pese a que inicialmente el juez que investigaba la venta ilegal de armas preguntaba a los interrogados si la desaparición de Huber tendría que ver con ese ilícito, finalmente el caso armas siguió sus aguas independiente del crimen del coronel. Este último hecho estaba en manos de la jueza Gabriela Gómez Callejas, del Primer Juzgado del Crimen de Puente Alto.
Terceras personas provocaron su deceso
El cuerpo del coronel de Ejército fue hallado a 22 días de su desaparición, en avanzado estado de descomposición, en un montículo del lecho del río Maipo, en el sector de Pirque, con el cráneo destrozado y pérdida total de la masa encefálica. Estaba desnudo desde la cintura hacia arriba y vestía un pantalón y un cinturón de su hijo.
Desde ese día, se han tejido diversas hipótesis para explicar su muerte, siendo las más recurrentes el suicidio, lesión por objeto contundente y una caída accidental desde altura.
Según los últimos informes forenses el estado de su cráneo invalida la lesión por objeto contundente y también descarta la acción de un proyectil (suicidio), ya que la herida se extiende en toda la hemicara superior a región frontal anterior por pérdida total de masa encefálica y parcial de partes óseas y blandas, ambas orejas desgarradas y ausencia de la casi totalidad del macizo facial.
Aunque por esos días Huber padecía de un síndrome angustioso cuando se descubrió en Budapest la exportación ilegal de armas a Croacia por parte de Famae (Fábricas y Maestranzas del Ejército) y sufría "vértigos sicógenos", la caída desde altura también queda descartada ya que su cuerpo no presentaba fractura de columna cervical ni tampoco de otras extremidades.
A juicio del CDE, el coronel Huber fue asesinado por terceras personas que temían que revelara información sobre determinados hechos de importancia pública.
Los abogados del Consejo avalan su postura en que existen declaraciones de personas que son contradictorias con sus propias versiones anteriores de los hechos y con otros testigos de la causa, sin que el tribunal haya realizado ninguna gestión tendiente a esclarecerlas.
Huber, ex comando de la Dina, también trasladó containers con gases letales y otros recipientes con toxinas al Complejo Químico e Industrial del Ejército en Talagante.
La investigación sobre el envío de armas a Croacia la sustanció el juez Hernán Correa de la Cerda e involucró al general Carlos Krumm, al coronel Huber y a su chofer, Blas Merino, quien, curiosamente, también apareció muerto, supuestamente por suicidio.