SANTIAGO.- El embajador de Chile ante los Organismos Internacionales en Ginebra, Juan Enrique Vega, presentó hoy su renuncia al cargo, luego de que el jueves desobedeciera las instrucciones presidenciales de rechazar el proyecto de resolución presentado en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el cual pedía que se realizara un encuentro especial para analizar la situación humanitaria en Irak.
Vega, quien fue llamado de inmediato a Santiago para informar por qué no siguió las directrices del Presidente Ricardo Lagos, arribó esta mañana a Santiago sin formular declaraciones.
Por la tarde, el diplomático se reunió con la ministra de Relaciones Exteriores, María Soledad Alvear, a quien manifestó su intención de alejarse del cargo.
Posteriormente, la canciller sostuvo que la renuncia de Vega fue aceptada por el Presidente de la República, con lo cual se dio por superado el traspié diplomático.
Asimismo, Alvear se negó a comentar los argumentos entregados por el ahora ex embajador para justificar su proceder.
La dimisión de Vega era considerada inminente en círculos gubernamentales y de cierta manera había sido adelantada esta mañana por la canciller Alvear, quien a su llegada a Santiago tras asistir en Grecia a la Cumbre Unión Europea-Grupo de Río, calificó como "un hecho muy grave" la actitud adoptada por el diplomático.
"La situación de lo que hizo el embajador Vega es muy grave. Cuando un ministro, un subsecretario, un intendente, un embajador, que son personas de la confianza del Presidente de la República, no acatan una decisión que el Presidente ha tomado, el camino es muy claro", dijo la secretaria de Estado.
Repercusiones en el mundo político
La actitud adoptada por el embajador Vega causó malestar en diversos sectores. En este sentido, el alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, pidió esta mañana la inmediata destitución del diplomático, argumentando que si Vega no estaba de acuerdo con la orden del Presidente Lagos, debió haber dejado su cargo antes para no provocar este problema.
El edil afirmó que "si un embajador no está de acuerdo con lo que el Presidente de la República ha establecido, debe renunciar antes, pero votar desobedeciendo es algo que amerita una destitución inmediata".
El jefe comunal agregó que "el embajador Vega ha provocado un grave daño a un principio básico de la política internacional de un país, que es que hay que obedecer al Presidente de la República, quien es el que fija la política exterior del país".
Por su parte, los diputados de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Iván Moreira y Cristián Leay, manifestaron que la actitud del embajador en Ginebra desprestigia completamente la política exterior de Chile, al tiempo que solicitaron su renuncia.
Los parlamentarios, ambos de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, responsabilizaron de este hecho a la Cancillería y también al Presidente Ricardo Lagos, señalando que esto refleja el cuoteo partidario pues para ocupar los cargos de real importancia no se elige a personas y profesionales, sino que a políticos, especialmente, en el plano de la diplomacia.
En tanto, el Partido Socialista expresó su "simpatía" por la actitud de Vega, de quien dijeron sus dirigentes, votó en conciencia.