SANTIAGO.- Al realizar la cuenta anual de su gestión al mando de la coordinadora general del Plan de Transporte Urbano de Santiago (PTUS), el ex jefe de dicha entidad Germán Correa, manifestó su frustración por no haber podido llegar hasta el final en la implementación del proyecto Transantiago.
El hasta hace pocos días cabeza del plan que pretende revolucionar el transporte público de la capital, pronunció un sincero discurso en el que expresó su pesar por no haber sido capaz de transmitir su convicción de los profundos cambios que traerá el proyecto al sector, y lamentó las limitaciones que tuvo para llevar dicha iniciativa adelante.
Dirigiéndose al biministro de Obras Públicas y Transporte, Javier Etcheberry, y al nuevo coordinador, Aldo Signorelli, Correa les envió un claro mensaje de que debían continuar con firmeza en el plan de transporte concordado hasta ahora, al decir que la ciudadanía espera que se cumplan las promesas anunciadas por el Gobierno.
Al término de la ceremonia el ex personero se refirió a las diferencias que tuvo con los miembros del directorio de Transporte Santiago, y que gatillaron su salida de la cartera.
Según Correa su renuncia se debió al "agotamiento de una situación que venía arrastrándose desde hace mucho tiempo", donde existían diferencias importantes sobre la construcción que él llevaba del plan.
Agregó que desde el punto de vista técnico nunca hubo problemas con el ministro Etcheberry, porque siempre recibió su apoyo, aseguró; sin embargo, -dijo- lo que tocó fondo es el modelo de relaciones que se fue dando al interior del directorio. "Teníamos comprensiones distintas del papel que debía cumplir uno y otro, de tal manera que se agotó".
Consultado su parecer sobre la posibilidad de que se apruebe el plan de transporte de la empresa española Sacyr, Correa fue enfático en decir que esa propuesta en ningún caso se complementa con la suya, y que tendría que ser modificada de manera sustancial para que así lo sea.
Las divisiones al interior del directorio del PTUS, y que terminaron con la renuncia de Germán Correa, estuvieron marcadas por la confrontación de dos proyectos para cambiar el transporte en la capital. El primero de ellos es el que el que defiende Correa y se basa en el plan implantado en Bogotá, que considera la participación de los microbuses en las principales arterias de Santiago.
En tanto, el proyecto de la empresa española Sacyr supone la eliminación de cerca de 3 mil microbuses. Éste ha encontrado un amplio apoyo en otros miembros del PTUS, como el intendente Marcelo Trivelli, el ministro de Vivienda, Jaime Ravinet, y el director de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, Gianni López.
En caso de que el plan Sacyr sea aprobado, la firma europea se haría cargo de un tercio de las vías estructurantes. Dicha propuesta propone un sistema que incluiría tranvías en los principales ejes de la capital: Pajaritos-Alameda-Providencia-Apoquindo; Santa Rosa, San Pablo y Costanera Sur-Carrascal.