SANTIAGO.- En un artículo publicado hoy en la versión on line del diario británico "The Guardian" se señala que el fin de semana anterior a que se interrumpiera toda diplomacia respecto a la intervención en Irak, el Primer Ministro británico Tony Blair "se encontraba muy cerca de ganar el apoyo de los chilenos a la oferta británica".
Según el artículo Tony Blair se había fijado la tarea de persuadir al Presidente Ricardo Lagos "-figura dominante en el Consejo de Seguridad-" para que rechazara una segunda resolución de la ONU que fijaba un nuevo plazo para que el líder iraquí Saddam Hussein cooperara con la ONU, entregando las armas de destrucción masiva que tuviera en su poder.
Parace ser que era tanta la desesperación del Primer Ministro británico por conseguir el apoyo chileno en una nueva votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que fue el propio Blair el que le dijo al Presidente Lagos que estaba dispuesto a hacer un viaje a Santiago para afianzar la ayuda del primer Mandatario chileno.
En la práctica -señala el diario- el ministro Tony Blair no habría hecho un viaje de 35 horas a menos que estuviera seguro de conseguir algo y no volverse con las manos vacías y humillado.
Pese a los anterior, los esfuerzos británicos por asegurar un acuerdo con el Gobierno se disolvieron cuando el Presidente francés, Jacques Chirac, en una entrevista televisiva asegurando que él vetaría cualquier resolución que autorizara la guerra, cualquiera fueran las circunstancias.
El ministro británico Tony Blair tras la entrevista realizó una llamada privada al Presidente Chirac, en la que el Primer Mandatario francés dijo en la televisión que no toleraría ninguna resolución que contuviera un ultimátum al líder iraquí Saddam Hussein.
Tras esta conversación y analizando la entrevista de Chirac el secretario de la Defensa brirtánico, Geoff Hoon, aseguró que "él" (Chirac) esfumó todo acuerdo con Chile, ya que fue la posición del Mandatario francés lo que habría influido finalmente en la postura chilena.
El diario The Guardian publica que si "él" (Chirac) hubiera dicho "mirémoslo en dos meses más", habría sido todo distinto.