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Abogado Salazar: El "nunca más" debe ser acompañado por sanciones

El jurista, querellante en numerosas casos de Derechos Humanos, sostuvo que para que el "nunca más" sea más que una frase retórica es necesario que se establezca la verdad, y se sancione a los responsables de los hechos, entre otras condiciones.

25 de Junio de 2003 | 09:50 | El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- El abogado de Derechos Humanos Héctor Salazar sostuvo hoy que el "nunca más" que pregonan las Fuerzas Armadas debe estar basado en sanciones para los responsables de los delitos de lesa humanidad ocurridos durante el régimen militar.

En entrevista con Radio Cooperativa, el jurista afirmó que las declaraciones del comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre y del Director General de Carabineros, Alberto Cienfuegos, sobre la necesidad que "nunca más" se cometan violaciones a los derechos humanos deben ser más que "una frase retórica".

Para ello, el profesional explicó que debe haber una "realización de la justicia", lo que se traduce en "establecer la verdad, sancionar a los responsables, reparar y por último rehabilitar".

Para el abogado son entendibles las críticas de los familiares de las víctimas que calificaron como un "volador de luces" las investigaciones de las exhumaciones ilegales. No obstante, aclaró que no se trata de un delito de mayor o menor importancia, sino que es un eslabón de un "concurso de delitos".

"En la búsqueda de la verdad, el hecho de las exhumaciones y destino final clandestino de los restos es una parte de la verdad que nos está faltando y que por lo tanto completa un proceso que es mucho más largo, que parte con el secuestro, sigue con el asesinato, sigue después con la disposición de ocultar los restos y sigue después con la disposición de asegurarse que el crimen no sea descubierto y por lo tanto buscan maneras de deshacerse definitivamente de los restos", explicó Salazar.

Según el abogado, el descubrimiento de restos humanos en los hornos de Lonquén en 1978 detonó que los autores de los crímenes comenzaran una operación de remoción masiva.

"En algún nivel, que tiene estar ubicado en los niveles más altos de los mandos de las Fuerzas Armadas de la época, toman la decisión de hacer una suerte de catastro de dónde pudieran haber entierros clandestinos, a efecto de que estos entierros no sean descubiertos al igual que Lonquén e implique nuevas denuncias judiciales y nuevos escándalos que comprometen la seguridad del régimen y su estabilidad política", sentenció.
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