SANTIAGO.- El general (r) Guillermo Garín, afirmó este viernes que fue un error de la oposición abrir el actual debate sobre las violaciones a los derechos humanos.
"Pienso que son miopías políticas", dijo Garín, al referirse a la propuesta que formuló la Unión Demócrata Independiente (UDI), el pasado 20 de junio, para compensar a los familiares de las víctimas del régimen militar.
Tras el planteamiento de la UDI el Gobierno del Presidente Ricardo Lagos ha recibido otras proposiciones y se prepara a entregar una propuesta final al país dentro de dos semanas.
"No debieron haber levantado el tema en este momento", advirtió Garín, hablando "a título personal" durante una reunión con corresponsales de la prensa internacional.
Desde su perspectiva, el tema de las violaciones a los derechos humanos y los procesos que enfrentan decenas de militares retirados, desplazó del interés público a las denuncias de corrupción que afectan a funcionarios del Gobierno de Lagos.
Dentro del debate reabierto en Chile, al acercarse los 30 años del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, los familiares de las víctimas y las organizaciones de izquierda demandaron un reconocimiento público de Pinochet sobre su responsabilidad en los crímenes atribuidos a los militares.
Garín sostuvo sin embargo que "ya lo ha reconocido", en alusión a una declaración pública que formuló Pinochet el 24 de noviembre de 2000, cuando cumplió 85 años, y dijo que "acepto, como ex Presidente de la República, todos los hechos que dicen haber cometido el Ejército y las Fuerzas Armadas".
"El no está viviendo la contingencia. Está delicado de salud", señaló Garín, ex segundo hombre del Ejército que Pinochet comandó durante 25 años, hasta el 10 de marzo de 1998.
"Más es lo que escucha que lo que habla, va a cumplir 88 años", recordó Garín, junto con precisar que Pinochet permanece bajo estrictos controles médicos, como consecuencia de su diabetes, sus problemas cardíacos y otras afecciones.
Consultado sobre la petición que en la víspera formuló el juez Juan Guzmán Tapia para privar por segunda vez de su fuero a Pinochet y someterlo a un nuevo proceso en Chile, Garín estimó que es una acción política y aseguró que "él está acostumbrado a la presión del ataque político".
El juez Guzmán Tapia dirigió un primer proceso contra Pinochet a partir de marzo de 2000, cuando obtuvo su desafuero y lo inculpó en asesinatos y secuestros, pero la Corte Suprema lo liberó de cargos en julio de 2002, al considerar que una demencia moderada le impide defenderse ante los tribunales.