SAO PAULO.- El Presidente Ricardo Lagos dijo que, a diferencia de su par argentino, Néstor Kirchner, no piensa impulsar la anulación de la Ley de Amnistía.
En declaraciones al diario brasileño Folha de Sao Paulo, el Primer Mandatario afirmó que pese a la molestia de las organizaciones de derechos humanos chilenas respecto de su propuesta de DD.HH., él no tiene la fuerza política para proponer la eliminación de la Ley de Aministía.
"A los organismos de derechos humanos no les gustó que no haya aceptado enviar un proyecto revocando la Ley de Amnistía creada por el gobierno de Pinochet. No tengo fuerza política para revocarla", declaró.
"Y si tuviera votos y revocase la ley de amnistía, cuáles serían los efectos jurídicos? Ninguno", sentenció.
De esta manera el Jefe de Estado respondió a las críticas de Amnistía Internacional, que ayer condenó el documento sobre derechos humanos del Gobierno chileno, ya que a su juicio, no va lo suficientemente lejos para acabar con la impunidad en el país.
Lagos defendió la propuesta dada a conocer esta semana, y sobre todo la iniciativa que contempla una reducción de penas para aquellos uniformados que sólo obedecieron órdenes de sus superiores para cometer torturas y crímenes de lesa humanidad.
"Hay una clara distinción entre los que fueron responsables por la creación del sistema y los que cumplieron órdenes", argumentó.
Al ser consultada su opinión sobre la decisión del Presidente argentino, Néstor Kirchner, de impulsar la derogación de las leyes que perdonaron a los militares, Lagos respondió: "Depende de cómo funciona el sistema judicial en cada país".
"En Chile, casi todos los casos de desaparecidos llegaron a la Justicia aún en el régimen de Pinochet. En otros países, los procesos sólo fueron abiertos después del fin del régimen militar", explicó.
En Argentina, la Cámara de Diputados anuló la semana pasada dos leyes sancionadas por el Congreso durante la década del ’80 que perdonaron a militares acusados de violación a los derechos humanos.
Respecto de su posición política, Lagos afirmó seguir siendo socialista, aunque aclaró que dicha línea de pensamiento es distinta a la de treinta años atrás cuando estaba en el gobierno el ex Presidente Salvador Allende.
"El socialismo hoy, 30 años después del gobierno de Salvador Allende, es distinto. El conocimiento y la educación hacen la diferencia. El desafío es crear políticas públicas que garanticen el acceso a bienes y servicios esenciales al desarrollo humano, independientemente del mercado", sostuvo el Mandatario.
En ese sentido, Lagos afirmó que su objetivo como Jefe de Estado es reforzar la cohesión social en Chile ya que, a su juicio, "un país sin cohesión social es conflictivo. Un país conflictivo no es competitivo. Para competir en el exterior es preciso tener cohesión social".