RIO DE JANEIRO.- La ministra de Defensa, Michelle Bachelet, manifestó el deseo del Gobierno de que los militares rompan el pacto de silencio y hablen sobre muertos y desaparecidos durante el régimen de Augusto Pinochet, para que así el país pueda sanar esa herida.
"Queremos que los militares hablen, que entreguen informaciones. Es necesario terminar con ese pacto de silencio", dijo Bachelet en una entrevista publicada este miércoles por el diario O Globo, al ser interrogada sobre el alcance de la propuesta sobre Derechos Humanos lanzada por el Presidente de la República, Ricardo Lagos.
Para la ministra, mientras la herida que dejó entre los chilenos el régimen militar "esté sucia, no cicatrizará", y estimó "que un país no puede mirar hacia el futuro sin resolver los conflictos del pasado".
"El golpe (militar) fue una gran tragedia política", agregó la ministra, quien fue víctima en carne propia de las violaciones de los derechos humanos y cuyo padre murió en 1974 en un campo clandestino de tortura.
Respecto a la iniciativa del Presidente Lagos que cursa en el Congreso, Bachelet dijo que lo que se busca "es saber la verdad, obtener más información sobre lo que ocurrió. Es una necesidad de los familiares de los desaparecidos y también de la sociedad", puntualizó.
"Esperamos que la propuesta sobre derechos humanos sirva para que los militares digan lo que saben. Sólo así la justicia podrá juzgar los crímenes cometidos", agregó.
También resaltó que no sólo se trata de los militares, sino que también "muchos sectores de la sociedad deben comprometerse con la verdad".
Con relación a las indemnizaciones a familiares de las víctimas del régimen de Pinochet, consideró que si bien "nada es capaz de eliminar el dolor provocado por la pérdida de un familiar", sin embargo "el Estado debe asumir la responsabilidad de ayudar a las familias afectadas".
Bachelet, cuya precandidatura presidencial ya fue propuesta por su Partido Socialista, se declaró convencida de que en el golpe militar del general Pinochet "hubo intereses políticos y económicos nacionales e internacionales".
La ministra además reconoció que la democracia chilena no está plenamente consolidada, al señalar que "observando apenas las leyes chilenas una persona llegaría a la conclusión de que este país no es plenamente democrático".