PENCO.- La superiora del Monasterio de las Trinitarias de Penco, sor Ascensión de la Santísima Trinidad, envió hace diez días una carta al desconocido ganador del Loto en Concepción para solicitarle, "un poquitín de ayuda", a fin de reparar las cañerías del inmueble.
Una señora amiga de la comunidad que sabe de sus apuros, les sugirió la idea y ellas no dudaron ni por un instante. "A personas siempre dispuestas a compartir lo poco y nada que tienen, esperar lo mismo de quienes tienen mucho, les parece natural", comentó un sacerdote.
Fue así como una ingenua y sencilla carta salió el 1 de septiembre desde el Monasterio de las Monjas Trinitarias de Penco, dirigida a la anónima mujer que, hasta ese momento, se daba como ganadora del millonario Loto sorteado el 28 de agosto y que fue entregada en la agencia donde se jugó la cartilla.
"Así partió todo", explica la madre priora del monasterio, sor Ascensión de la Santísima Trinidad, quien dice desconocer por qué se filtró el propósito de la carta, hasta ahora sin respuesta.
El padre Héctor Rivera, quien celebra misa diaria en el monasterio, precisa que ellas viven de su trabajo y con mucha sencillez, pero no carecen de lo indispensable y reciben apoyo del Arzobispado, en situaciones extraordinarias que no están en condiciones de enfrentar. En el locutorio y tras las rejas que simbolizan la clausura en que viven las once religiosas del imponente monas terio, la madre superiora acompañada de sor María Marcela del Divino Rostro, cuenta los problemas que las afligen y que motivaron la carta.
Necesitan $3 millones para reparar cañerías rotas en una construcción que tiene apenas 8 años y que les impide utilizar la caldera, lo que las tiene sin calefacción ni agua caliente. Además, esas fallas elevaron a tal punto el consumo que tuvieron que reprogramar el pago de la cuenta para evitar el corte.
En la carta, que leyeron para El Mercurio, saludan a su desconocida destinataria y expresan su alegría al saber que el Señor la había favorecido con ese premio y que "es mi deseo participar también de su mismo gozo ya que nuestra situación me ha inducido a acercarme a usted en la espera, si le sería posible ayudarnos aunque fuera con un poquitín".
Las Trinitarias son una orden de clausura que llegó a Penco en 1736. Cuando se decidió el traslado de la naciente población a Concepción, también lo hicieron las monjas retornando a Penco en 1995, al único monasterio de la orden que existe en el país.
"Vivimos del trabajo de nuestras manos y nuestra mayor entrada es la venta de hostias que, para peor, ha mermado un poco ya que hay otra congregación que también está vendiendo", relatan. Un oficio que desempeñan por algunas horas durante una rutina de silencio riguroso y permanente oración.
Insisten en que no quisieran causar molestias al nuevo millonario pero, "nuestra necesidad, que Dios la ve, es la que nos ha impulsado a dirigirnos a usted, por si fuera voluntad de Dios, que también nosotras recibiéramos la alegría de participar de su generosidad".
Para facilitar el contacto, le envían sus datos: Sierra Leona s/n de Penco. Casilla y teléfono.
Además, en la misiva señalan que la considerarán su bienechora y que podrá contar siempre con sus oraciones.