SANTIAGO.- Miles de manifestantes colmaron este jueves la Plaza de la Constitución, frente al palacio de La Moneda, en un homenaje popular al Presidente Salvador Allende, muerto hace 30 años durante el golpe de estado que encabezó el general Augusto Pinochet.
"¡Se siente, se siente, Allende está presente!", gritó la multitud, mientras cientos de globos rojos se elevaban en medio de consignas del Partido Comunista y la desaparecida Unidad Popular.
La manifestación, que comenzó con el Himno Nacional de Chile coreado por unas cinco mil personas, se desarrolló esta tarde, junto al monumento de Allende que se alza en la céntrica plaza.
Banderas de Chile, Cuba, Brasil, Argentina y otros países de América y Europa ondeaban al viento, mientras observaban desde un estrado el ex Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega; la secretaria general del Partido Comunista, Gladys Marín; y la presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, de Argentina, Hebe de Bonafini, entre otros invitados.
"Por primera vez en 30 años el pueblo puede hablar desde esta Plaza de la Constitución", dijo Gladys Marín, en un encendido discurso, en medio de los aplausos de la multitud, donde sobresalían retratos con los rostros de los desaparecidos durante el régimen militar.
"Allende murió entregando un legado de lucha, para que sigamos luchando por la verdad, por la justicia, por la democracia", proclamó la líder comunista, en alusión al suicidio del Mandatario en medio del golpe y tras el bombardeo aéreo y el ataque terrestre de los militares al palacio presidencial.
Humberto Martones, presidente del "Comité 30 años Allende Vive", que organizó la manifestación, saludó a las mujeres, a los jóvenes y a los trabajadores, señalando que "sólo con verdad, justicia y reparación (a las víctimas) se puede vivir en dignidad".
"¿Cómo no recordar al Presidente Allende y su breve y fecundo Gobierno y el medio litro de leche que hasta hoy sirve a los niños de Chile?", se preguntó Martones.
Al examinar la realidad actual de Chile, Martones exigió una nueva Constitución que reemplace la Carta de 1980 que heredó de Pinochet, el fin de los senadores designados sin pasar por el voto popular y justicia para los familiares de las víctimas de la represión.
La concentración tuvo lugar después del acto oficial del Gobierno para conmemorar esta fecha, que encabezó el Presidente Ricardo Lagos cuando reabrió la puerta de Morandé 80, clausurada desde hace 30 años.