SANTIAGO.- En una estrecha votación de 21 votos contra 20, el Senado rechazó reponer la pena de muerte para los casos de violación de menores con homicidio.
De esta manera, la Cámara Alta respaldó el criterio del presidente de la Corporación, Andrés Zaldívar, quien declaró "inadmisible" la indicación presentada por el senador de la UDI Hernán Larraín, y que había sido aprobada por la mayoría de la Comisión de Constitución en el marco del proyecto que aumenta las sanciones para los delitos de pedofilia y pornografía infantil.
En este contexto el Senado concluyó la aprobación del proyecto, en segundo trámite que, en lugar de pena de muerte, sancionará con presidio perpetuo a perpetuo calificado el delito de violación de menores con homicidio.
Tras el desbaratamiento de la presunta red de pedofilia que lideraría Claudio Spiniak, la Comisión de Legislación y Justicia del Senado aprobó la pena capital para los casos de violación con muerte de menores por tres votos contra dos.
La pena máxima fue derogada por este Gobierno, lo que fue ampliamente reconocido internacionalmente. Pero el martes pasado, los senadores Andrés Chadwick (UDI), Alberto Espina (RN) y el senador designado Marcos Aburto doblegaron a Rafael Moreno (DC) y José Antonio Viera-Gallo (PS). Para ello se basaron en que la pena no está absolutamente abolida porque existe para algunos casos de la Justicia Militar.
La UDI repuso su idea en la nueva legislación sobre pedofilia por considerar que sería una fuerte señal contra un crimen especialmente grave.
El senador Hernán Larraín (UDI), autor de la indicación, explica que si un violador de menores sabe que no arriesga su vida, actuará en forma impune porque no tiene nada que perder. En cambio, puede impedirse el homicidio si ese violador sabe que sería castigado con su propio fin.
Pero el Gobierno y las bancadas de la Concertación pidieron a Andrés Zaldívar que declare inadmisible la propuesta, argumentando su inconstitucionalidad porque infringiría el Pacto de San José suscrito por Chile que prohíbe la restitución de la pena de muerte una vez que ya ha sido abolida, como ocurrió en junio de 2001.