SANTA CRUZ, Bolivia.- Los presidentes de Bolivia y Chile convinieron el sábado en la necesidad de "desgasificar" sus relaciones, postergar el diálogo sobre un proyecto de exportación de gas boliviano que podría necesitar de un puerto chileno, y profundizar su acuerdo de complementación económica.
La decisión fue anunciada por el Mandatario Ricardo Lagos, al cabo de una reunión celebrada el sábado con su par boliviano Carlos Mesa.
El encuentro se prolongó por alrededor de dos horas, y fue conceptuado por Lagos como "una conversación de conocimiento mutuo", que se centró en aspectos como el contrabando, y se mantuvo alejado del negocio del gas y la reivindicación marítima boliviana.
Mesa ha señalado que no adelantará conversaciones con otros gobiernos en cuanto al hidrocarburo, hasta la celebración de un referéndum para que la población exprese su posición definitiva sobre la exportación, aunque coincidentes encuestas fijan en un 55 a 60% el rechazo a la venta. La consulta aún no tiene fecha.
Una fuente de la presidencia boliviana confirmó que la cita se desarrolló en un clima "muy cordial" y que los mandatarios prolongaron más allá del tiempo previsto para su conclusión, que debía ser de media hora.
Sólo después de una hora de reunión privada entre ambos convocaron a sus ministros y otros colaboradores, dijo.
Los mandatarios se reunieron aprovechando su presencia en la XIII Cumbre Iberoamericana que se realiza en esta ciudad y que debe concluir la noche del sábado.
Lagos señaló que la posible exportación de gas es un asunto que debe resolverse internamente.
"Es un tema que compete exclusivamente a Bolivia, pero Chile está disponible para ayudar a resolverlo. Si deciden en algún momento utilizar parte del litoral de Chile para el gas, es un tema que deben resolver soberanamente los hermanos bolivianos", dijo.
En octubre, la oposición masiva al proyecto, incentivada por sindicatos y partidos indígenas de izquierda, detonó una revuelta popular que cobró al menos 59 vidas y obligó a la renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Mesa ha puesto freno a un tratado de libre comercio que negociaban ambos gobiernos, después de la crisis de octubre, pues la población boliviana empezó a manifestar también su rechazo hacia él.
El rechazo se hace más virulento ante la posibilidad de que, como ha sugerido el consorcio anglo hispano Pacific LNG -promotor del proyecto- la salida del gas se hiciera por Chile.
Los encuentros entre mandatarios chilenos y bolivianos suele despertar gran expectativa en ambos países, pues ellos no mantiene relaciones diplomáticas, aunque sí consulares, a causa de la guerra del Pacífico que los enfrentó en 1879, en la que Bolivia perdió su costa.
La fuente del gobierno boliviano confirmó que en el encuentro, Mesa insistió a Lagos que Chile colabore con Bolivia en el combate al contrabando que se canaliza desde los puertos chilenos, con mercaderías llegadas desde ultramar, hacia Bolivia.
El viernes, el presidente peruano Alejandro Toledo dijo que también Bolivia y Perú deben "desgasificar sus relaciones", pese a que su país aspira a que su puerto de Ilo sea el elegido por la exportación en caso de que Bolivia decida concretar el proyecto.