SANTIAGO.- Treinta años después del inicio del régimen militar, más de un centenar de ex miembros de la Fuerza Aérea condenados por "traición a la patria" se reencontraron hoy con la institución, en una ceremonia cargada de significados.
El acto, presidido por el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Osvaldo Sarabia, y la ministra de Defensa, Michelle Bachelet, se celebró en la Base Aérea de Quintero, a 150 kilómetros al noroeste de Santiago.
En el encuentro, los oficiales y suboficiales de la Fuerza Aérea fueron reincorporados como personal pasivo de la institución, lo que para ellos significa la restitución en parte de su dignidad como militares.
Así lo manifestó el comandante Ernesto Galaz, portavoz de los aviadores, que por haber defendido la democracia fueron sometidos a cárcel, torturas, exilio y consejos de guerra.
"El ánimo que tengo en este momento es de tremenda satisfacción, puesto que hace 30 años éramos llevados esposados, escoltados por cara-pintadas hacia el consejo de guerra. Ese pasado triste, ese peso enorme quedó atrás", dijo Galaz, que inicialmente fue condenado a muerte.
Agregó que este no era un acto espontáneo, sino un anhelo que tenían desde que la mayoría retornó al país en los años noventa y sostuvo que siempre se encontraron con la negativa de los mandos de la institución.
"Ahora hemos encontrado este mando joven, con una nueva visión, que tal vez sea la expresión del Chile que está apareciendo, este Chile cordial, que ha dejado un tanto atrás los odios y los rencores", afirmó Galaz.
Hasta hace pocos meses, los militares que no se plegaron al golpe que encabezó Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973 tenían prohibido ingresar a cualquier recinto de la Fuerza Aérea.
El general Sarabia, en tanto, indicó que la ceremonia pavimenta un camino de reconciliación dentro de la Fuerza Aérea, que así puede enfrentar de mejor manera los desafíos del siglo XXI.
"Es fundamental legar a las generaciones que vienen una Fuerza Aérea sin fisuras. Estamos pavimentando un camino, otros lo continuarán, otros lo terminarán pero creo que era el momento de comenzar a hacerlo", subrayó.
Una emocionada ministra de Defensa cuyo padre, el general Alberto Bachelet, fue acusado de "traición a la patria" por la Fuerza Aérea y murió en la cárcel, coincidió en que con estos gestos se cimenta el futuro del país.
También admitió estar con sentimientos encontrados entre su historia personal y su cargo.
El general Bachelet, que colaboró con el Presidente Salvador Allende y que rehusó sumarse al golpe militar, murió en prisión víctima de un ataque al corazón después de haber sido sometido a torturas.
"Este acto demuestra que nuestras Fuerzas Armadas son lo que todos queremos, que son de todos, que estamos reencontrándonos y somos capaces de mirar lo que nos pasó y de continuar trabajando hacia adelante", dijo la ministra.
Durante la jornada, los exonerados recibieron la tarjeta de identificación militar que les restituye todos sus derechos dentro de la institución como personal pasivo.
Esta tarjeta también fue entregada a las madres de la ministra Bachelet y del senador socialista Carlos Ominami, cuyo padre, ya fallecido, fue uno de los coroneles que se opuso al golpe de Estado.
Los exonerados mantienen una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por "denegación de justicia" contra el Estado chileno, tras pedir a los tribunales locales, sin éxito, que se anule el Consejo de Guerra que en 1974 los condenó por "traición a la patria", lo que consideran lesiona su honor militar.
