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Falleció alcaldesa y candidata a la reelección por Andacollo

Fuentes cercanas a la edil señalaron, que "su deceso se produjo en absoluta paz y entre el cariño de sus seres más queridos".

20 de Octubre de 2004 | 07:33 | Orbe
LA SERENA.- A los 72 años de edad y rodeada de su familia y amigos dejó de existir la alcaldesa de Andacollo, Marcelina Cortés Gallardo. La edil, militante de Renovación Nacional, murió como consecuencia de un penoso cáncer, contra el cual libró una dura batalla en el último tiempo. Esta situación la había obligado a marginarse de toda actividad pública durante los últimos meses.

Su deceso se produjo en el domicilio de una de sus hijas, en la ciudad de La Serena. La noticia sacudió al ambiente político regional, pues era querida y respetada entre sus adherentes y detractores políticos.

Fuentes cercanas a la edil señalaron, que "su deceso se produjo en absoluta paz y entre el cariño de sus seres más queridos".

Marcelina Cortés comandó los destinos de la capital minera de la Cuarta Región por espacio de 18 años, constituyéndose en la autoridad que ostentó un cargo político por más tiempo en esta parte del país, informó diarioeldia.cl.

Profesora de Educación Básica, la jefa edilicia mantenía una gran cercanía con la gente de su comunidad y se le reconoce el impulso modernizador de la comuna minera. Para Guillermo Castillo Véliz, vecino de Andacollo, "la señora Marcelina va a pasar a la historia como una mujer ejemplar con voluntad de hierro, que puso cariño en lograr el desarrollo de la comuna que la vio nacer. Fue vehemente en sus ideas y muy firme para conseguir lo que se proponía en favor de esta localidad.

"Su gran dolor fue el problema de la cesantía y la crisis minera, y así se lo hizo saber al Presidente Ricardo Lagos. En esa oportunidad ella le dijo al Primer Mandatario que 'después de tanto escarbar en el suelo llega el tiempo de mirar hacia el cielo'. Esa frase la consagró".

René Olivares, sobrino de la edil, asumió los preparativos fúnebres en Andacollo, lugar que se aprestaba para despedir a la más insigne de sus vecinos. Al cierre de esta edición se estudiaba la posibilidad de velar los restos mortales de Marcelina Cortés en la Basílica Menor de la comuna, una escuela o en las proximidades del edificio consistorial.

Penas y alegrías

El deceso tiene consternados a los andacollinos. En diciembre de 2002 se le preguntó si se presentaría a la reelección el 2005 y su respuesta fue reveladora. "En este minuto lo estamos pensando. Faltan dos años y en ese tiempo sólo Dios sabe qué puede pasar con cada uno de nosotros".

Para el impacto de todos, dos años más tarde, ese destino era la muerte.

Su vida giró en torno al servicio público. Primero lo hizo como profesora y por tres periodos como alcaldesa de la comuna minera. De hecho, hasta los últimos días estuvo preocupada de obras de adelanto. Por años fue considerada una "matriarca" de la ciudad e imbatible en lo electoral.

No obstante, en cada entrevista se preocupaba de dejar clara su distancia con la política partidista. Siempre defendió su independencia para actuar. En diciembre de 2001 remarcó con fuerza que "lo político no me preocupa ni me llama la atención. No vibro con el tema político, sino que por trabajo y las urgencias que tienen los diferentes sectores". Con esto sintetizaba que siempre antepuso su interés por los más necesitados que entrar en disputas por cargos o figuración. En este aspecto, sostenía que los afanes políticos desviaban la atención del objetivo de ayudar a la gente.

Se le reconocía su fuerza para estar donde se requería colaboración. En este sentido fueron destacadas las vigilias cuando ocurrían los accidentes mineros. "No me canso de laborar. Ese es mi norte y me siento muy contenta y feliz en la medida en que haya más trabajo y le hago frente a las dificultades", era su frase predilecta.

Otra de las batallas que dio fue para lograr sacar adelante la comuna frente al desempleo y el ocaso de la minería. En este aspecto remarcaba que "no hay que hablar de reconversión, sino que de diversificación. Como todas las comunas tenemos derecho a buscar otras fuentes de desarrollo".

Pero a pesar de las dotes de servidora, en los últimos años la alcaldesa andacollina debió enfrentar las críticas de quienes planteaban que estaba desgastada en el cargo y que se requería un recambio. Sin embargo, antes de las elecciones del 2000 se planteó algo similar y en las urnas arrasó. Frente al tema siempre reaccionó con serenidad. "No lo pienso así (desgaste), porque las cosas se valoran por resultados y no por imaginación. Quien vive a 50 kilómetros de Andacollo no puede tener la visión clara de las personas que acuden al municipio diariamente".

La batalla que no pudo vencer fue la de un cáncer que se le presentó en forma intempestiva. Aunque en Andacollo y en círculos políticos la noticia era conocida, a pesar del clima electoral, no existió aprovechamiento político. De hecho, el propio contendor de la Concertación, Jorge Ordenes (DC), aseguró que en este tema había que ser serio. "La verdad es que he estado orando por su salud, porque al final no podemos hacer cálculos en base a una enfermedad", sostuvo en agosto de 2004.

El diputado Bertolino, recordó que el pueblo andacollino debía estar agradecido de Marcelina Cortés, quien prácticamente dio su vida por la comuna, transformándola de una zona de extrema pobreza con alto índice de indigencia, a otra que miraba hacia el turismo, la agricultura y la minería aplicada como focos de desarrollo.
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