EMOLTV

Van Rysselberghe: "La política no es la guerra de los sexos"

Si a la reelecta alcaldesa de Concepción le mencionan la palabra "generalísima" se pone colorada e incluso algo nerviosa. Pero es un hecho que sus próximos pasos apuntan a asumir con rostro y cuerpo de mujer un rol fundamental en la campaña presidencial de Joaquìn Lavín.

12 de Noviembre de 2004 | 15:12 | Claudia Mellado Ruiz
Las cifras de la alcaldesa

Edad: 39 años

Cumpleaños: 3 febrero

Nacionalidad: chilena de origen belga. Tuvo en algún minuto la nacionalidad francesa pero se perdieron los papeles
Hijos: cinco

Vicios: fuma una cajetilla de Viceroy Ultra al día, pero lo deja mañana a petición de su hijo mayor

Familia vinculada a la política: abuelo ex alcalde, padre ex diputado y hermano elegido como concejal en su misma comuna

Secretarias: una

Nanas: dos

Autos: lo vendió porque le salía más caro. Viaja en el de su marido los fines de semana y en los vehículos del municipio los días laborales

Casas: Una

Religión: Católica, perteneciente al movimiento Opus Dei
SANTIAGO.- Joya del gremialismo, samurái, primera dama de la UDI y piernas de exportación son sólo una pequeña muestra de todos los adjetivos que han acompañado durante estos últimos meses a la única mujer vicepresidenta de la UDI, que se ha reposicionado como una de las figuras más influyentes del bloque opositor: Jacqueline Van Rysselberghe.

Visceral y arrebatada, defiende la cohesión de la Alianza y alaba el hecho de que en una región como la Octava, eminentemente de izquierda, hayan subido la votación y el número de concejales.

Sin embargo, admite con cierto incomodo que la Alianza está en un momento de reflexión y de autocrítica, en busca de retomar el rumbo que durante los últimos años les ha otorgado tantas victorias.

-¿Tiene sentimientos encontrados entre su triunfo personal y los malos resultados de muchos de sus compañeros?

-La verdad es que sí. Creo que la Alianza enganchó en la pelea política que el Gobierno le tiró a la mesa y eso nos perjudicó. Nuestro triunfo en la elección pasada fue producto de que no habíamos caído en eso como sector. Hoy en cambio la discusión tomó otro cuerpo; por eso la alta tasa de abstención y en eso tuvo habilidad la Concertación.

-Sobre esta base, ¿todavía creen que las elecciones recién pasadas tienen una proyección presidencial?

-Esa fue la lectura que quiso hacer la Concertación y por ello las elecciones se politizaron tanto. El Gobierno, y Lagos particularmente, concentró sus llamados a votar por él, tratando de presidencializar la campaña.

-¿Por qué le extraña tanto, si esa era la misma lectura que ustedes hacían antes de las elecciones...?

-Sí, pero en el sentido de que la distancia se iba a acortar y eso sigue absolutamente intacto, porque la diferencia que había anteriormente entre la Alianza y la Concertación era mucho más grande que la que existe hoy. Lo que pasa es que nosotros pensábamos que la brecha se iba a acortar más.

-¿Por qué cuesta tanto asumir que sencillamente han perdido terreno?

-Es que no creo que se haya perdido terreno, de verdad. Eso sí, hay dos cosas que debemos analizar: primero, por qué perdieron los alcaldes que perdieron, ya que un buen alcalde en ejercicio no debiera perder, lo que nos obliga a pensar quiénes serán en un futuro los candidatos que podremos llevar. Y la segunda cosa es asumir que nos alejamos del centro de gravitación que a la gente le importa.

-Esto fue un motivo que nos impidió superar a la Concertación a nivel nacional, es cierto. Pero también tuvo que ver la imagen de Lagos, la cual es infinitamente más potente que la de su gobierno. Reconozcamos que Lagos ha sido un buen Presidente, aunque no necesariamente ha tenido un buen gobierno; pero el que haya salido a una semana de las elecciones diciendo que quien no vota por ellos vota contra él, es una cosa nunca vista en este país y que seguramente le pasará cuentas personales a su imagen.

-Pero la actuación de Lagos no deja de estar dentro de los márgenes constitucionales...

-Sí, lo sé, pero no estaba dentro de la tradición republicana del país que los presidentes se transformaran en activistas de los conglomerados de gobierno.

-Tampoco estaba dentro de la tradición del país las cosas que ha hecho y se le han ocurrido a Lavín...

-De acuerdo, pero cuando tú eres alcalde no eres alcalde de todos los chilenos, eres sólo alcalde de Santiago.

-¿Los malos resultados electorales debilitan la candidatura de Lavín?

-Creo sinceramente que no. Si no nos hubiese pasado esto y hubiésemos ganado las alcaldías más complicadas, probablemente no hubiera existido el cuestionamiento para poder cambiar el rumbo a tiempo.

Concertación con polleras

-¿Repostuló a su puesto con el convencimiento de que si ganaba aguantará todo el período en la municipalidad penquista?

-Sí, absolutamente.

-Pero Santiago la tienta, ¿no?

-Uno nunca puede decir de esta agua no beberé, pero hoy por hoy mi intención es ser alcalde de Concepción.

-Tras las elecciones, Lavín ha declarado que se apoyará mucho en figuras como la suya. Imagino entonces que por ahí van los tiros respecto de la elección de una generalísima...

-(Ríe) Sí, pero eso hay que conversarlo primero. En la Alianza no existe un generalísimo propiamente tal, son equipos de trabajo y cada cual tiene un rol. Ahora, las puertas no se pueden abrir ni cerrar porque él es el candidato y tenemos que estar dispuestos a lo que nos pida.

-¿Y si Joaquín Lavín la llama y le pide que se traslade a Santiago?

-No creo que Joaquín me pida una cosa que no soy capaz de hacer y yo no puedo trasladarme con camas y petacas durante un año a Santiago... Yo no renunciaría a la Municipalidad de Concepción.

-De cualquier forma, usted se ha preocupado de dejar la alcaldía asegurada, ya que logró poner a su hermano como concejal en su municipio y con la más alta votación...

-La idea de que Enrique fuera concejal no tenía la intención de buscarme un reemplazante, sino más bien para asegurar un concejo afín.

-¿Sigue considerando que Bachelet y Alvear son candidatas virtuales de la Concertación?

-Sí, porque todavía no han tenido la posibilidad de resolver conflictos.

-¿Michelle o Soledad? ¿Con cuál se queda?

-Con ninguna. Lo que nosotros tenemos que lograr traspasar es que ambas son más de lo mismo, porque el cambio no está en la cara, sino en la forma de hacer las cosas y tanto la Bachelet como la Alvear son la misma Concertación pero con polleras... ¿y cómo los mismos van a hacer cosas distintas? ¡Pero si van a cumplir más que Pinochet en el cargo...!

-La ex ministra Bachelet asegura que las mujeres están preparadas para asumir el cargo de Presidente de la República, ya que tienen una sensibilidad que les permite humanizar la política. ¿Concuerda con ella?

-No, porque la política no es la guerra de los sexos. Tanto hombres como mujeres tienen la capacidad de generar políticas y solucionar problemas cotidianos. Además, creo que ella lo dijo al revés. Es cierto que el país está preparado para tener una candidata mujer, pero las mujeres no tenemos el patrimonio de la bondad, tampoco de la eficiencia y tampoco el patrimonio de la cercanía.

-¿Se proyecta usted misma como futura candidata presidencial?

-En este minuto no, hoy soy la alcaldesa de Concepción, tengo que concentrarme en eso y el próximo candidato a presidente es Lavín... no puedo decirte que sí ni que no...
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?