Aurelio Montes bendice el ataúd que contiene las cenizas de su esposa.
SANTIAGO.- Cientos de familiares y amigos despidieron a Francisca Cooper Larraín, la joven fallecida en el tsunami que afectó a gran parte del sudeste asiático el 26 de diciembre pasado.
La ceremonia religiosa, que comenzó a las 09:40 horas, fue oficiada por el sacerdote Felipe Berríos y Juan Barbudo, muy amigo de la profesora del colegio Santa Cruz de Chicureo y quien celebró la misa de su matrimonio con Aurelio Montes del Campo hace sólo 23 días.
En su prédica, Juan Barbudo llamó a la familia Cooper Larraín y en especial al joven viudo Aurelio Montes, a tener mucha paz y tranquilidad, ya que Francisca había sido llamada por Dios para realizar otro trabajo en el Cielo.
Asimismo, amigos y compañeros de la joven recordaron a Francisca como una persona dulce, que siempre manifestó una profunda cercanía con Dios y los niños.
A la misa también asistieron el presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Jovino Novoa; el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, y el ministro de Relaciones Exteriores, Ignacio Walker. Este último sostuvo que su presencia tenía como objetivo llevar el saludo y afecto del Presidente de la República, Ricardo Lagos, y su esposa, Luisa Durán, a la familia Cooper-Larraín.
"Lo importante es acompañar a las familias en su dolor y también compartir con ellos la esperanza, que ha sido el tono de este encuentro", afirmó el canciller.
Otro de los presentes fue el embajador de Tailandia en Chile, Pithaya Pookaman, quien manifestó su profundo pesar por la muerte de Francisca y envió un mensaje de solidaridad para su familia.
Asimismo, aprovechó la ocasión para agradecer la ayuda que Chile ha prestado a su país, puntualizando que el gobierno tailandés ya inició un plan para reconstruir las viviendas que cayeron con el terremoto y posterior tsunami.
Posteriormente, las cenizas de Francisca Cooper Larraín fueron trasladadas hasta el cementerio Parque del Recuerdo, donde fueron sepultadas por su familia en una íntima ceremonia a la que la prensa no tuvo acceso.
El único familiar que realizó declaraciones fue Manuel José Larraín, tío de la víctima y quien ha ejercido como vocero de la familia durante los últimos días. Larraín afirmó que tras los funerales, la familia se encuentra más en paz, "aunque la pena no se va de un día para otro y va a ser muy difícil olvidar lo que pasó en estas dos semanas".
"Lo importante en este minuto y lo que yo le pediría por intermedio de ustedes a todo el país, es que todos estemos juntos rezando por Aurelio. Creo que él necesita la fuerza de cada uno de nosotros para que pueda salir y minimizar su pena", concluyó.
Triste luna de miel
Francisca Cooper se encontraba de luna de miel en la isla tailandesa de Phi Phi junto a su esposo cuando ocurrió el desastre. La pareja se había separado sólo por algunos momentos cuando dos olas enormes cayeron de lleno sobre el hotel donde la joven tomaba el sol. Su marido logró salvarse gracias a que en esos momentos se encontraba caminando por una colina cercana.
Aunque sufrió algunas heridas, Aurelio Montes inició de inmediato una frenética búsqueda de su mujer, a la que posteriormente se sumó su suegro, Alan Cooper; el padrino de Francisca, Juan Luis Bulnes, y sus propios padres.
Las dudas sobre el paradero de la joven se despejaron el 3 de enero pasado gracias a la ayuda del médico forense argentino-israelí Ricardo Najman, quien dio con su cuerpo en una morgue de la ciudad de Krabi.
Los restos de Francisca fueron cremados en una íntima ceremonia que se realizó en un templo budista y a la que asistieron su marido, sus suegros, su papá y su padrino.
Las cenizas de la joven fueron traídas ayer por su padre y posteriormente fueron trasladadas hasta la parroquia San Francisco de Sales de la comuna de Vitacura, donde fueron veladas durante todo el día.
A las 17:00 horas se celebró una misa de Acción de Gracias en homenaje a la joven, a la que asistieron cientos de personas que se acercaron a Aurelio Montes del Campo para manifestarle sus condolencias.
