SANTIAGO.- Las doctrinas y prácticas racistas son incompatibles con la democracia, afirmaron hoy los participantes en la Conferencia contra el Racismo, la Xenofobia, la Discriminación y la Intolerancia, que concluyó hoy en Santiago.
En la llamada Carta de Santiago, alrededor de 250 delegados de once gobiernos de la región, representantes de la sociedad civil, agrupaciones indígenas y de afrodescendientes, se comprometieron a fortalecer la lucha contra la discriminación en todas sus formas.
"Afirmamos que la continuidad y el avance del proceso de lucha contra el racismo en las Américas constituye un imperativo ético y político", subrayó el documento de tres páginas.
"Reafirmamos así la incompatibilidad absoluta entre las doctrinas, prácticas y plataforma políticas racistas con la democracia", agregó el texto.
También exhortan a los organismos internacionales a apoyar a los Estados de la región para que impulsen políticas públicas a favor de las minorías étnicas.
Las conclusiones de esta reunión preparatoria se llevarán a la Conferencia regional contra el racismo y la discriminación que se celebrará en diciembre próximo en Brasil y que es la antesala regional a la Cumbre Mundial a celebrarse en Durban (Sudáfrica) en 2006.
"Demostramos en esta conferencia que es posible conciliar la democracia con la ampliación de los derechos humanos y la lucha contra el racismo en todo el mundo, en esta región y en Chile", dijo a EFE Francisco Estévez, secretario de la reunión y presidente de la chilena Fundación Ideas.
"Aquí hay un llamado a reconocer que somos sociedades multiculturales, que tenemos que construir estados pluriétnicos y que la democracia se enriquece cuando los derechos individuales se complementan con los derechos colectivos", recalcó Estévez.
Según datos de Naciones Unidas, en América Latina y el Caribe hay entre 33 y 40 millones de indígenas mientras la población afromestiza, afrolatina y afrocaribeña alcanza unos 150 millones de personas, esto es cerca del 30 por ciento de la población del continente.
