SANTIAGO.- Unas 250 personas, simpatizantes del general (r) Augusto Pinochet, asistieron hoy a una misa con el fin de pedir que él y su familia superen los problemas de salud y judiciales que les afectan.
A la liturgia, celebrada en la Catedral Castrense de Santiago, asistió Lucía Hiriart, esposa del ex gobernante, además de esposas, hijas o personas cercanas a militares retirados.
"Es emocionante, muy emocionante, me ayuda mucho a levantar el ánimo y a sentir que Dios no me ha abandonado", declaró la esposa de Pinochet después de la ceremonia religiosa.
Agregó que ella y los suyos están pasando por "momentos difíciles y tan injustos", y sostuvo que "la única justicia es la que aplica Dios".
"Ante ella sí bajo la cabeza y acepto", afirmó Lucía Hiriart y añadió que sus actuales sufrimientos "ni siquiera se nos pasaron por la mente cuando mi marido y otros tantos oficiales hicieron de Chile un país diferente".
"Acepto en el fondo de mi corazón todo lo que nos está pasando. Creo que Dios lo ha dispuesto así. Todo el sufrimiento se lo ofrecemos a Dios y me entrego a la Virgen Santísima para que me siga apoyando en este difícil y largo camino que parece que nos espera", concluyó.
La gestora de la iniciativa fue la esposa del general retirado Santiago Sinclair, un estrecho colaborador de Pinochet, Doris de Sinclair, quien dijo que el objetivo de la ceremonia "fue mostrarle a la señora Lucía que estamos con ellos, que los queremos mucho", y anunció que habrá otros actos en la misma línea.
