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¿Quién dijo que las mujeres son el sexo débil?

Mujeres pierden la compostura en debate de ComunidadMujer, al defender acaloradamente sus posiciones políticas a días de la elección.

10 de Enero de 2006 | 12:40 | El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- Todo comenzó como una reunión más de ComunidadMujer. Nadie esperó que terminara con las panelistas discutiendo acaloradamente y la anfitriona tratando de contener los ánimos de los presentes.

La historiadora Lucía Santa Cruz y la vicepresidenta del Comité de Inversiones Extranjeras, Karen Poniachik, moderadas por la periodista Constanza Santa María, debatirían la intención de voto de cada una de ellas. Hasta ahí todo normal.

Incluso, al comenzar, la historiadora dejó muy en claro que, a pesar de que ella votaba por Piñera, conocía hace tiempo a la funcionaria de Gobierno, la apreciaba y eran amigas. Sin embargo, eso no impidió el debate o, mejor dicho, fuerte discusión que surgió mientras "dialogaban".

Incluso las asistentes al foro realizado en la sala de eventos de la Municipalidad de Vitacura, a diferencia de todos los demás desayunos de Comunidad Mujer, no fueron capaces de esperar el turno de las preguntas, sino que algunas empezaron a gritar desde la platea en contra de Bachelet y el gobierno de Lagos; lo que provocó la reacción instantánea de las concertacionistas haciéndolas callar y pidiéndoles respeto por las panelistas.

La propia Constanza Santa María se vio en aprietos, cuando Lucía Santa Cruz le recriminó que los tiempos no habían sido iguales para ambas y que había favorecido a Karen Poniachik. A su vez, ella saltó cuando la historiadora acusó al Gobierno de Lagos de corrupción.

La molestia de la vicepresidenta del Comité de Inversiones Extranjeras fue evidente cuando Santa Cruz dijo que un próximo Gobierno de la Concertación significaría "una impunidad total y completa" de esta coalición. Poniachik le contestó que no permitiría que se le acusara de corrupta.

En un principio, el debate giró en torno a los temas de los programas de gobierno de ambos candidatos, de la manera de hacer progresar al país, de la educación, de la discriminación positiva hacia la mujer, de la burocracia del Estado y el por qué del voto de cada una. No obstante, en nada o casi nada estuvieron de acuerdo y el público –casi completamente femenino, a excepción de camarógrafos, sonidistas, el alcalde de Vitacura y dos o tres hombres más- participó más que activamente defendiendo sus posturas.

Sin acuerdos

La reunión partió con una Constanza Santa María que anunciaba que como "la mujer ha sido la vedette de estas elecciones" era prioritario que dos mujeres defendieran por qué cada una de ellas votaba por un candidato diferente.

Comenzó Lucía Santa Cruz hablando de las cifras de progreso y desempleo y acusando a los gobiernos de la Concertación de no haber aplicado las políticas exactas que posibilitan el desarrollo económico, a pesar de haber contado (Ricardo Lagos) con un valor del cobre sin precedentes. Aseguró que su voto era para Piñera, porque el sector privado tenía mucho más claras las medidas para hacer crecer a Chile en el orden del 7%, que es lo indispensable para disminuir el 20% de pobres.

Karen Poniachik, en tanto, dijo que pese a que el diagnóstico país de ambos candidatos era bastante parecido, ella optaba por Bachelet como chilena, como mujer y como judía. Como chilena, porque quiere un país más solidario, más justo, más inclusivo y donde prime la meritocracia, en que el crecimiento y la inserción en el mercado sea con equidad para todos y donde el Estado juegue un rol fuerte, transparente y eficiente. "Como mujer, porque quiero las mismas oportunidades de acceder al trabajo, tener el mismo sueldo y pensiones dignas". Recalcó que también votaba por Bachelet como judía, porque cree en la libertad de culto y en que el humanismo es un tema universal que se puede dar en todos las gamas de pensamiento.

La historiadora le contestó que su visión de la política era más modesta y no creía en las utopías. Después, se refirió a la educación y señaló que los recientes resultados de la PSU, demuestran que "el Estado no sabe educar", pues los alumnos educados en los 16 años de gobierno de la Concertación siguen manteniendo las mismas brechas que antes; es decir, los de colegios pagados obtienen mejores puntajes. Poniachik aseguró que había mejorado el acceso a la educación y la calidad de la infraestructura, pero que mejorar la calidad era un trabajo a largo plazo.

El estatuto docente fue otro de los puntos de conflicto, así como las leyes que protegen a las mujeres. Mientras Santa Cruz cree que a ellas se debe la baja incorporación de las mujeres al trabajo en el sector privado; Poniachik acometió con el ranking del World Economic Forum, que citan a nuestro país entre los con mejores políticas hacia la mujer en el mundo.

Respecto a la discriminación positiva hacia la mujer en los cargos de poder y otros, Santa Cruz señaló que le parecía que era una discriminación absoluta que ponía a las mujeres en situación de víctima. Los ánimos se encendían y Karen Poniachik le contestaba que había muchas mujeres muy capaces que no lograban alcanzar sus metas sólo por problemas de género.

El punto cúlmine fue cuando Lucía Santa Cruz dijo que era posible que Michelle Bachelet ganara con el voto comunista, lo que provocó pifias de las asistentes. Karen le criticó el tono descalificatorio y Lucía se defendió.

Constanza Santa María trataba de moderar, pero a cada intervención de las panelistas, los aplausos, pifias y gritos desde la platea aumentaban. Ella, pidió silencio y leyó preguntas del público, que nuevamente suscitaron reacciones. Una vez terminada la ronda, la periodista dio por terminado el debate y las panelistas se pararon para seguir conversando un momento y luego retirarse.


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