SANTIAGO.- Bernardino Moraga Echeverría, líder de una banda de secuestros express que operaba en el sector sur de Santiago fue detenido hoy en una casa del barrio de Hurlingham en Buenos Aires, por personal de la policía federal argentina.
El subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil, definió a Moraga como "uno de los prófugos más buscados por la policía chilena", destacando que "está imputado de un secuestro con características bastante escabrosas y especiales".
"El señor de los secuestros" como también se conocía a este hombre de 42 años, se dedicaba a secuestrar familiares de narcotraficantes y lanzas internacionales del sector sur poniente de Santiago, a los que extorsionaba pidiendo millonarias sumas de dinero.
Sutil hizo alusión al caso de dos menores que sufrieron un secuestro express en el sector sur de la capital, uno de los cuales fue violado mientras se negociaba con su familia un rescate de diez millones de pesos.
Extradición
El subsecretario indicó que se pedirá su retorno a Chile vía extradición, que es el "procedimiento normal y lo habitual entre países civilizados", añadiendo que el plazo para pedirla es de 60 días.
"El señor de los secuestros" era intensamente buscado por un equipo multidisciplinarlo del OS-9 de Carabineros, quienes se encontraban en territorio trasandino desde la última semana de diciembre y fueron fundamentales para apoyar las labores de la policía trasandina para hallar al peligroso delincuente.
Bajo la fachada de taxista, pero dueño de varias casas en Santiago y en la costa, Moraga sería responsable de al menos media docena de esos secuestros que se caracterizan por la crueldad con que se trata a las víctimas.
Doble vida
Oriundo de Lo Espejo, Moraga se ha dedicado por años a mantener una doble vida. Normalmente se le había visto manejando un taxi. Nunca despertó sospechas entre sus vecinos. Pero, por otro lado, el Ministerio Público ha logrado establecer que es uno de los delincuentes más astutos en el tema de los secuestros. De hecho tiene buenos "dateros", que son quienes le entregan la información sobre potenciales víctimas. Éstas casi siempre son familiares de lanzas internacionales y sujetos vinculados al narcotráfico.
Moraga ha sido descrito como un tipo que gusta de la buena vida y las aventuras amorosas. Compra en grandes tiendas, donde acumula algunas deudas por pagos de créditos que finalmente nunca salda.
Bernardino hasta hace poco era conocido como el "Señor B", ya que para garantizar el éxito de algunas pesquisas en su entorno, su identidad se mantenía en secreto.
Entre sus colaboradores más cercanos está el joven Jean Paul Urzúa, quien a fines de diciembre fue formalizado por dos secuestros tras la investigación de los fiscales Juan Pablo Buono-Cuore y Jorge Valladares.
En otros procesos paralelos también ha actuado el fiscal Francisco Rojas. Todos estos investigadores en no más de cuatro meses han logrado aclarar unos 20 secuestros express en la zona sur de la capital. De hecho, tienen presos a seis imputados en los casos relevantes.
En principio, Moraga estuvo siendo buscado en el litoral central, donde tiene algunas casas de seguridad. Hasta allí también se trasladó un equipo de seguimiento de Carabineros que no pudo dar con el prófugo.
No obstante, este mismo grupo policial logró establecer la existencia de un viaje realizado por un familiar de Moraga, situación que generó el antecedente capital para lograr indicios de su paradero. En efecto, una pariente de Moraga fue hacia Argentina pero no llegó, dado que tenía arraigo. Pese a ello, los efectivos de inteligencia policial lograron determinar hacia dónde iba.
Bernardino Moraga, según fuentes policiales, tiene gente que lo protege e incluso hay datos logrados por los investigadores que indican que podría tener algún "soplón" en la policía, ya que conocería muy bien los pasos de sus perseguidores. De hecho, los carabineros varias veces han estado a minutos de atraparlo, pero curiosamente siempre ha logrado escapar del cerco.
Esta situación, indicaron fuentes de Carabineros, llevó a que personal calificado indagara sigilosamente a un par de funcionarios de una unidad policial del sector sur poniente de Santiago.