Escuche la conversación entre Cadima y el comandante Dueñas
Lea la transcripción del diálogo
SANTIAGO.- Cybill Cadima, hermana del chileno Eduardo Cadima que se encuentra procesado en Perú por posesión de drogas, denunció esta mañana que ha sido objeto de extorsión por parte de policías peruanos.
Cadima contó a
Emol que grabó una conversación sostenida con el jefe de la Dirección Antinarcóticos de Tacna, comandante Santiago Dueñas, en la cual el peruano le solicitaba dinero a cambio de la liberación de su hermano, que fue detenido en Tacna a fines de diciembre pasado por posesión de marihuana.
"Desde que pasó lo de mi hermano, desde el primer día, ellos empezaron a extorsionarnos con plata (...) Cada vez me pidieron más plata", manifestó la joven.
Eduardo Cadima (21 años) fue detenido el pasado 26 de diciembre en Tacna y puesto a disposición de la justicia, junto a su polola Gabriela Guardas (18 años) y el peruano Jorge Antezana (23 años), por posesión de 914 gramos de marihuana.
El arresto de produjo cuando en un control de rutina la policía ingresó a la residencial Tacna, ubicada en el centro de la ciudad. Allí incautaron tres paquetes que contenían semillas, hojas secas y plantas del alucinógeno. Cadima afirmó que la droga era de uso personal y sería ocupada para queques y productos culinarios.
Testimonio de Cybill Cadima
Cybill Cadima relató que a partir del 26 de diciembre pasado comenzaron las conversaciones con Dueñas y con otros dos miembros de la Dirección de Antinarcóticos peruana: el capitán Juan Ahón y el técnico Mori.
"Nos dijeron que se solucionaba el problema si mandábamos cinco mil dólares (...) mi mamá le dijo que no tenía y se puso a llorar. Le dijeron que la volverían a llamar. Volvieron a llamar a las tres de la mañana (26 de diciembre de 2005) y me volvieron a decir que tenía que pagar cinco mil dólares y que era fin de año, sino no me pedirían esa cantidad", contó Cadima.
Las conversaciones entre los policías y Cadima se extendieron hasta el 3 de enero pasado, día en que decidió juntarse con Dueñas y grabar la conversación: "Si llegaba a Tacna me empezaban a seguir, para que no hiciera la denuncia. Al final se me ocurre grabarlo, lo grabé para tener una prueba de que él me dijera que mi hermano no era el que estaba involucrado, de que él me estaba cobrando, dije
en algún momento me va a servir", declaró.
En total, Cybill Cadima pagó US $2.000 para agilizar la liberación de su hermano, dinero que su padre obtuvo a través de un préstamo bancario. En la grabación, Dueñas la instruyó para que le pague US $500 más, lejos de la presencia de periodistas.
Cadima comentó que el comandante constantemente le aseguraba que su hermano era inocente, y se mostraba dispuesto a interceder en su proceso judicial, a cambio de dinero. "Incluso el mismo Dueñas me decía que era estúpido tener a mi hermano (preso), porque él no tenía nada que ver en el asunto", manifestó la joven.
Agregó además que se acercó al consulado chileno en Tacna en dos ocasiones para denunciar las extorsiones a las que estaba siendo expuesta, pero no recibió la respuesta esperada.
"Le conté a Juan Luis Bianchi, al vicecónsul de Tacna, a la señora Ana María Jara, que es la asistente social del consulado (...) y no me pescaron. El vicecónsul anotó todos los datos ese día, todos los nombres de todas las personas que me estaban extorsionando y no hizo nada. A mí me podría haber pasado algo, me seguían, y él no hizo nada", explicó.
"No tengo el apoyo de nadie, el cónsul no me ayuda, no tengo a quien más acudir, no puedo hacer una denuncia en Perú porque me pueden llevar presa a mí, si allá es el mundo al revés", concluyó Cadima.
El primer incidente en Perú
El 29 de diciembre de 2004, Eduardo Cadima fue detenido junto a Enzo Tamburrino tras ser acusado de rayar con spray un histórico muro Inca considerado patrimonio cultural en Perú, en un incidente que llamó la atención de los medios peruanos y que incluso llegó a niveles diplomáticos.
Luego de enfrentar un proceso judicial y permanecer recluido en una cárcel de Tacna por seis meses, el joven oriundo de Arica regresó junto a Tamburrino a Chile el 28 de junio de 2005.
Tras el hecho, ciudadanos cusqueños iniciaron movilizaciones exigiendo un castigo a los jóvenes chilenos, lo que amenazó con tensionar la relación entre Chile y Perú. Finalmente, el asunto se solucionó con el anuncio de la Fundación Ideas de hacerse cargo de una reparación.