SANTIAGO.- Al comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, todavía le tiembla la voz cuando se tiene que referir al caso Antuco. Le pasó durante la entrevista que sostuvo con la revista Caras publicada ayer. "Fue un verdadero golpe a la cara", dijo en la conversación que mantuvo con la periodista Lenka Carvallo Giadrosic.
A esto se agrega la tragedia de la Antártica que le parece al general incomprensible, indignante y absurdo. Y respecto a los rumores de que se quiso ocultar información sobre este hecho, el general Cheyre afirmó molesto a la revista: "¡Cómo voy a dar una orden así si he luchado por la transparencia al interior del Ejército! He dado pruebas de reconocer la verdad incluso ante situaciones muchísimo más duras: cuerpos lanzados al mar, reconocimiento institucional de responsabilidades ante los DD.HH., hacernos parte en el proceso del coronel Huber al tener dudas fundadas de que pudo ser asesinato; el Caso Riggs... Mal podría actuar de otra forma en un tema como éste".
El escenario que le ha tocado enfrentar al comandante en jefe del Ejército no ha sido del todo fácil. Tampoco las preguntas que ha tenido que responder. Al ser consultado por Caras si no se sacó una lección con el caso Antuco, el general Cheyre contesta: "Toda misión en el Ejército es compleja. Por eso el comandante que toma una resolución debe ser extremadamente analítico, profesional y metódico. Nada obliga a correr riesgos innecesarios, someter al personal a peligros o cumplir alguna misión si no se tienen los medios o las condiciones de clima u otros. ¡No estamos en situaciones críticas o extremas! ¡Nada obliga a arriesgar! El concepto del Ejército es gradualidad, seguridad, entrenamiento, hacer todo conforme a las normas".
Acusaciones y venganzas
Al general Cheyre le afectan las acusaciones del diputado UDI, Jorge Ulloa, de que su propio estamento evita entregarle información por temer su carácter, y agregó tener claro que podría haber una acusación constitucional a seis meses de dejado el cargo. "Lo tengo muy claro y no me siento responsable sólo por seis meses sino de por vida. Y tenga la seguridad que enfrentaré cualquier pena como militar o como civil. Respetuosamente, nadie necesita ni recordármelo ni amenazarme directa o indirectamente", aseguró el uniformado a la periodista de revista Caras.
El comandante en jefe del Ejército narra que los días de rescate en Antuco fueron largos y agotadores, y que le quedó grabada la imagen de los jóvenes que encontraron. Desmintió molesto que los conscriptos muertos hayan recibido honores superiores a sus cargos. "Todo fue conforme al reglamento", sostuvo.
Asimismo, Cheyre negó rotundo que la manera en que enfrentó el caso Antuco haya sido para salvar su cargo. "¡Por favor! Habría dejado mi cargo a disposición desde el primer segundo...", respondió a la periodista.
Consultado sobre si "la UDI podría estar vengándose de usted por la distancia que tomó del gremialismo y de Pinochet en el tema de los derechos humanos", el general argumentó que "no me corresponde hacer ninguna relación política respecto del actuar del Ejército. Esa variable no ha estado ni estará en mis actuaciones, decisiones o afirmaciones. No lo estuvo ni en temas de derechos humanos ni en la transformación de la institución ni en la posición frente al general Pinochet".
Pese a todo, Cheyre no siente que los casos de Antuco y la Antártica hayan empañado su gestión y argumenta que "una cosa es el dolor, pero otra es de lo que yo respondo".
El militar agregó que cree "haber actuado conforme a principios puestos a prueba en circunstancias extremas que nunca hubiese querido enfrentar: responsabilidad, verdad, transparencia y actuar profesional".
Y a renglón seguido, el comandante en jefe del Ejército aclara que "independiente de ello, la estimación de mi gestión no me corresponde a mí".
Su relación con Pinochet y derechos humanos
"Pinochet dejó de ser historia. Y a todos nos hace mal que siga estando en el centro. No ayuda a Chile, ni a hacer justicia objetivamente. Él está en el ocaso de su vida y ya no tiene gravitancia alguna en el quehacer político. Que se le dé tanta importancia sólo produce ruidos e interpretaciones que no le hacen bien ni a él ni al país ni a su familia", aseguró el militar a la revista.
Según Cheyre, Pinochet estaría dispuesto a dejar de ser el eje. "Ya no tiene ningún afán en ser protagonista. De eso estoy seguro. No así personas de su entorno... Aunque con ellos no tengo ningún tipo de contacto", sostuvo.
El uniformado aclaró que su relación con Pinochet es un contacto "de un comandante en jefe con un ex presidente de la República" y que el trato es "excelente dentro de lo que corresponde". Agregó que "nunca ha interferido con mi tarea. Reconoce lo que he hecho y eso lo valoro. Jamás me ha cobrado abandono o traición, al contrario".
Luego de cuatro años a la cabeza del Ejército, cargo que dejará el próximo 9 de marzo, Cheyre -casado hace 35 años con María Isabel Forestier y padre de tres hijos (Juan Emilio, María Isabel y Cristóbal)- resume que "al final del día sólo me importa mi conciencia. No es que me dé lo mismo, soy muy sensible a escuchar opiniones, pero con toda franqueza le digo que no he caído en actos voluntaristas. Nadie me puede decir que soy figurón. Es más, no quiero quedar como un comandante en jefe político. Lo he sacrificado todo para centrar mi función en lo militar, conducir la transformación del Ejército y lograr que nadie más toque el tema de las violaciones dentro de la institución".
Al ser consultado respecto a si, a su juicio, faltaron civiles que como él reconocieran que hubo una responsabilidad institucional con respecto al tema de los derechos humanos, Cheyre respondió: "No soy quién para decirlo".
"Para que este clima de violencia no se repita, nunca más tiene que volver a darse el origen y las causas de esa violencia; el quiebre de la sociedad democrática, ni los instigadores. Nunca más debe haber gente que, en un cumplimiento de lo que cree es un llamado ante una crisis, transgreda un compromiso con derechos que son vitales, como lo hizo personal del Ejército", agregó el general.
"Aquí se generó un clima que no se controló, se sobrepasaron instituciones y la legalidad. Respondo del círculo que yo puedo cerrar, pero para que el todo funcione, no puede haber caos, odio, trasgresión a la ley, llamados de actores pasivos a intervenir y que después se olvidan o toman palco. ¡Ellos también tiene nombre!", enfatizó Cheyre.
Sin embargo, el comandante en jefe del Ejército no quiso nombrar a ninguno en particular. "Que cada uno haga sus interpretaciones. ¿Quién generó la crisis? ¿Quién rompió la legalidad? ¿Quién fue el que nos llamó? Algunos dirán que fue la derecha de la época, pero no fueron ellos nada más: hubo poderes del Estado, la Cámara de Diputados, el Senado, la Corte Suprema y partidos que luego tomaron una actitud pasiva. Ahora, eso no legitima nuestro actuar, al contrario. Pero sí fue en un contexto. Y después de las causas y el origen de estos hechos, los otros tienen poco que ver y nosotros, mucho...", reflexiona el militar.
¿Retiro definitivo o carrera política?
Luego de una carrera militar de 44 años se rumorea que Juan Emilio Cheyre podría dedicarse a la política. Sin embargo, afirma durante la conversación con revista Caras que, aunque ha recibido ofertas para dar ese paso, "cada vez que alguien me lo plantea, cambio de tema". A su juicio, tiene que ser consecuente: "Con mi gestión he buscado un Ejército de todos los chilenos y se vería muy mal que figurara en política o en un cargo de representación pública".
Agrega que "lideré un período de cambios muy importante y eso me significó una alta exposición, aunque muchos dudaban si lo hacía en beneficio de la institución o como plataforma. Mi gran capital es la credibilidad y confianza que se debe tener en el Ejército y en la gestión de quien lo comandó durante cuatro años. Y no pretendo desperdiciarlo".
