La Presidenta desde el balcón en La Moneda. |
SANTIAGO.- Con un marcado acento en la historia política reciente, la reconciliación nacional y la integración de todos los sectores, la Presidenta Michelle Bachelet pronunció su primer discurso ante el país desde el balcón presidencial del palacio de La Moneda.
"Gracias chilenas y chilenos, gracias por estos aplausos, gracias por esas sonrisas que me regalan en todo momento, por los abrazos, Me siento privilegiada, de verdad, de recibir y sentir de parte de ustedes tanto cariño", fueron las primeras palabras de la Mandataria luego de saludar a la multitud congregada en la Plaza de la Constitución y a sus ministros, que se encontraban en primera fila observándola desde abajo.
Con un mensaje fuertemente político, Michelle Bachelet, se refirió al odio que dividió el país hace poco más de treinta años y al esfuerzo que se ha hecho desde el retorno de la democracia por limar las asperezas.
"Hoy soplan vientos distintos, hemos sido capaces de construir una sociedad distinta donde nos une el noble y común deseo de un futuro mejor para todas y todos en esta patria, un futuro donde caben todos, una patria inclusiva, donde ninguna diversidad esté afuera, donde nadie sienta que su destino está a la intemperie", afirmó la flamante Jefa de Estado.
Aun cuando manifestó su optimismo frente al presente y futuro político de Chile, hizo hincapié en que "el pasado es lo que es, pasado; y no lo olvidaremos nunca, porque como dijera el (ex) Presidente Lagos no hay mañana sin ayer, y no queremos repetir los mismos errores del pasado".
Al prometer hacer de este país una nación más próspera, justa e igualitaria, Bachelet reconoció que en cuatro años no podrá resolver todos los problemas. "Pero vamos a dar un gran paso adelante", dijo, y aseguró que será el gobierno de los ciudadanos, que tendrá cabida tanto para los postergados como para los emprendedores.
En ese sentido, se comprometió a "eliminar todo rastro de desigualdad" y a incluir a los sectores postergados, a los adultos mayores, a los cesantes, a los jóvenes, los niños, los pueblos originarios y los discapacitados. "En Chile no habrá ciudadanos olvidados, ése es mi compromiso", enfatizó.
En esta misma línea, reiteró lo expresado en el acto ciudadano en Casablanca en cuanto al énfasis que se pondrá en la descentralización del país.
"Yo nunca tuve ambición de poder"
"Ustedes lo saben. Yo nunca tuve la ambición de poder. Sólo he tenido la voluntad de servir. El cargo que asumo hoy me lo han dado ustedes y siento el peso de la responsabilidad que eso significa", manifestó ante la ovación de los presentes.
Bachelet manifestó sus respetos hacia los ex Mandatarios de la Concertación, sin mencionar a su antecesor Ricardo Lagos, lo que provocó la inmediata reacción de la multitud. "Momentito, momentito, llevamos una poquitas horas y ya me quieren mandar", dijo la Presidenta riendo; y a renglón seguido, expresó su admiración, cariño y gratitud hacia un "gran Presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar.
¡Qué gran orgullo sentimos todos los chilenos hoy al verlo salir de este palacio, ovacionado por su pueblo. Aplaudan más fuerte porque Ricardo Lagos Escobar se lo merece!".
También dedicó especiales palabras a su padre, el general Alberto Bachelet, quien murió en prisión durante el régimen militar cuando tenía 50 años. "Mañana estaré junto a él, pero sé que él está aquí conmigo". Junto con ello envió sus saludos a las Fuerzas Armadas, que hoy son patrimonio de todos los chilenos".
En su alocución, Bachelet mencionó varias veces al ex Presidente Allende, y ya hacia el final, tuvo un guiño hacia la histórica frase del derrocado gobernante socialista, quien el 11 de septiembre de 1973, poco antes de morir, declaró por radio que "llegará el momento en que se abran las grandes alamedas por las que camine el hombre libre".
Bachelet retomó la frase y declaró desde el balcón del palacio de La Moneda: "A celebrar, para que hombres y mujeres tengamos abiertas las grandes alamedas. ¡Viva Chile!".
