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Preocupa la nueva tendencia de no formar familia

Datos de diferentes estudios reflejan cómo los chilenos cada vez piensan menos en el matrimonio y postergan los hijos para más adelante. El cardenal Errázuriz ya hizo presente la inquietud de la Iglesia.

13 de Marzo de 2006 | 16:02 | Consuelo Ábalos y Víctor Hugo Moreno, El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- El cardenal Francisco Javier Errázuriz- en la Oración Ecuménica del domingo- hizo una reflexión sobre la familia, pidiendo fortalecer el compromiso en la procreación y el matrimonio.

También mostró su preocupación respecto al descenso de la natalidad que viene mostrando Chile en los últimos años. Alentó a las nuevas autoridades a generar un cambio en esta situación: "La sabiduría necesaria para ello se la pedimos a Dios", recalcó.

Así, dejó en manos del nuevo Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet ver cómo enfrenta este cambio cultural que vive la sociedad chilena respecto a temas como el matrimonio y los hijos.

Datos del último informe del Registro Civil expresan las transformaciones que está viviendo la familia chilena. Durante el año pasado se casaron casi veinte mil parejas menos que en el 2000, y si bien esta tendencia fue constante durante la década anterior, se acentuó en los últimos cinco años.

Otro revelador dato que se desprende de este informe, es el aumento del porcentaje de niños nacidos fuera del matrimonio: 58%, y que es notoriamente superior al de otros países más desarrollados.

Anteriormente la Encuesta Nacional de Opinión Pública realizada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Diego Portales en agosto del 2005, revelaba cambios con respecto a las nuevas formas de hacer familia. Según las cifras arrojadas por el estudio, el matrimonio ha perdido importancia en Chile, pues un 20, 8% cree que es una institución pasada de moda. Mientras que ante la afirmación "está bien que las parejas vivan juntas y nunca se casen", un 44,1% manifiesta estar de acuerdo. Este estudio reafirma los cambios sociales que reflejan los datos oficiales entregados por el INE.

La convivencia, nuevo enfoque

Para la Directora de la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales y realizadora del informe, Paula Barros, el tema de la baja en la tasa de matrimonios no debería traer ningún tipo de problema en la sociedad chilena, sino que sólo sería una ampliación del concepto de familia que ya no es concebida exclusivamente como un contrato para toda la vida. Así, a juicio de la experta, se levantan otras concepciones que definen la familia; por ejemplo, la convivencia: "Esa foto que era la mamá, el papá y los hijos ahora se transforma en muchas fotos. No hay una buena familia, toda familia puede ser buena, independientemente de su morfología", asegura.

La abogada María Claudia Tarud, Directora del Centro de Estudios de la Familia de la Universidad de Los Andes, cree que la baja en la tasa de nupcialidad se debe a múltiples factores. En primer lugar está el cambio vivido por las mujeres en las últimas décadas. Hoy el estudio y el trabajo hacen que tengan como primera opción desarrollar estas áreas, poniendo el matrimonio en un segundo plano.

Señala que otro factor importante es la mayor liberalidad en las interacciones personales entre hombre y mujer. Las relaciones actuales permiten la convivencia y las relaciones sexuales prematrimoniales. Explica que el argumento usado por los jóvenes es "para qué me caso si tengo todo lo que podría tener dentro del matrimonio, sin compromiso". Sostiene que las parejas ahora realizan todo lo que antes hacían estando casadas, pero sin casarse, y sin la presión de tener hijos.

Menos de dos hijos por familia

A esta brusca baja en los matrimonios se suma una fuerte caída en la tasa de fecundidad, es decir, en la cantidad de hijos nacidos por cada mujer. Si se toma en cuenta que en la década de los cincuenta cada mujer tenía un promedio de 4,6 hijos y que según el Censo del 2002 el promedio era de 2,26, la situación es complicada. El año pasado la tasa volvió a bajar a un alarmante 1,9, cifra que está por debajo del mínimo para que una sociedad mantenga su nivel de población. "Hay una mayor racionalidad detrás de esta lógica: quiero terminar con mi preparación personal, consolidarme económicamente y después resolver estas otras dimensiones de la vida (matrimonio y paternidad)", explica Barros.

Esta nueva forma de establecer las relaciones de pareja tendría un trasfondo mayor: la falta de interés para asumir un compromiso. "Casarse implica comprometerse y hoy día en la educación, desde la infancia, no ayuda a que la gente aprenda que la libertad se ejerce a través del compromiso", enfatiza Tarud.

Por su parte, la socióloga de la UDP cree que los chilenos no están perdiendo los valores por el hecho de que hayan menos casamientos; sino que el tema se observa desde otra perspectiva y ya no sólo como un contrato a firmar: "Yo creo que el valor de la familia está centrado en la comunicación, en la forma de relación que tiene la pareja y que se tiene con los hijos y que corresponde a cosas más profundas que si está o no una libreta entremedio de nosotros. No creo que sea la negación de la familia", y agrega que "los jóvenes no es que no valoren los compromisos, sino que la búsqueda que se realiza de hacer familia es mucho más libre".
Nuevo escenario
La nueva Ley de Matrimonio Civil, más conocida como Ley de Divorcio, entró en vigencia el 18 de noviembre del 2004 y hasta diciembre del 2005, 1.470 personas han solicitado la disolución del matrimonio. A pesar de que hoy existe la posibilidad de divorcio, las cifras de las uniones continúan bajando.

La abogada María Claudia Tarud, Directora del Centro de Estudios de la Familia de la Universidad de Los Andes, cree que el divorcio es precisamente una de las razones por la cual tantas parejas son cada vez más reacias a "firmar un papel". "Al vaciar el matrimonio de sus propiedades esenciales, como la indisolubilidad, y trasformarlo en una pura firma de papeles es que la gente dice, para qué me voy a casar".

Por otra parte, Barros sostiene que es muy aventurado, todavía, dar un pronóstico certero sobre las eventuales consecuencias de esta ley en un alza en los matrimonios, pero sí estima que ahora existen mejores condiciones, "No sé qué pueda pasar en cuanto a proyecciones, pero sí creo que este nuevo escenario responde o es mucho más ajustado a esa condición de matrimonio que se está dando".
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