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Comandante de escuadrilla Erich Oppliger. |
Ríos, Moraga y Oppliger, los pilotos chilenos del F-16. |
F-16 |
SANTIAGO.- Erich Oppliger se acerca con confianza. Su uniforme verde, boina azul marino y unas gafas oscuras le dan el talante de "top gun". Pero es un parche en su overol el que de verdad lo distingue entre los demás. Es un piloto del F-16, el avión más completo de la Fuerza Aérea de Chile.
El comandante de escuadrilla, un osornino de 38 años, ni se emociona al hablar sobre su nave. Siempre con las manos atrás, y con una seguridad única, camina hacia la máquina de guerra lamentando no poder sacar de paseo en ella a su esposa. "A ella no le gusta volar", dice.
Pero a quién no le gustaría subirse a este avión, una imponente nave de 15 metros de largo, con sus impresionantes tanques auxiliares de combustible o sus GBU, las bombas guiadas por láser.
Pero no cualquiera lo hace. El comandante Oppliger, así como los capitanes Mario Moraga y Alfredo Ríos, debieron aprobar un curso de varios meses (9 en el caso de Oppliger) en Estados Unidos, antes de poder recibir la licencia que los acredita como pilotos de F-16.
"Pero la preparación previa son años. Pasas por la escuela de aviación, el curso operacional para ser piloto de combate, el entrenamiento en unidad de combate, luego debes traspasar esa experiencia a otro, para recién poder volar un avión", cuenta Oppliger, quien ingresó a la Fuerza Aérea en 1986, sin imaginar jamás la posibilidad que tiene ahora.
"Mi meta era el F-5, avión que estaba piloteando cuando la Fuerza Aérea me eligió para hacer el curso del F-16", en un proceso que consideró la carrera de los pilotos, su manejo de inglés y su experiencia en vuelo.
Una vez en Estados Unidos, Oppliger debió partir de cero: desde la conducción del avión, hasta el empleo de los poderosos sistemas de armas que incorpora.
Para decirlo en lenguaje simple y terrenal, el comandante explica que si, por ejemplo, un avión cualquiera exige saber de Word, Excel y Access, el F-16 pide también saber de PowerPoint, AutoCad y otros programas. "Ya no sólo basta con el conocimiento que tienes, sino que debes dominarlo y aplicar otras experiencias", afirma.
Tecnológicamente el F-16 es un aparato que supera a todas las naves que tiene la FACh, y por lo mismo es mucho más dependiente del conocimiento del piloto.
"Es un avión que te permite hacer todo en todas las áreas. Usualmente te dedicas a volar en combate aire-aire con otros aviones o te dedicas a hacer misiones aire-tierra para atacar blancos. Este avión puede hacer ambas cosas y en una sola misión", relata Oppliger, dejando salir algo de ese vértigo y emoción que siente volando al doble de la velocidad del sonido (2.200 km/h).
F-16 D en la Fidae |
Expositor: Fuerza Aérea de Chile, Grupo de Aviación N°3
Fabricante: Lockheed Martin Corp. USA
Motor: General Electric F110-GE-129 de 7162 libras
Velocidad máx.: 2,0 Mach
Altura máx.: 60 mil pies
Alcance: 2105 NM (millas náuticas)
Plazas: 2 personas
Misión: Multipropósito
Año: 2005
*Alcanza los 60 mil pies de altura en sólo 2 minutos
*Con un estanque lleno (dos mil litros) puede llegar de Santiago a Iquique en sólo una hora y 20 minutos |
Es por eso que en el F-16 no hay espacio para errores. El comandante voló la nave cuando éstas llegaron a Chile desde Estados Unidos, en enero pasado. Y aunque el F-16 es una súper nave de guerra, de nada serviría sin combustible. "Tuvimos que repostar 6 veces durante ese vuelo". ¿Cómo?, ¿en el aire? "Claro, te enganchas con un carguero en pleno vuelo". Alguien podría imaginarse que debe ser un piloto casi perfecto para no equivocarse en esa maniobra. "Digamos que debes estar concentrado... y no te debe temblar la mano, claro".
Pese a su simpatía, Oppliger no pierde la compostura de "top gun". Sabe que tiene la fortuna de pocos, pero también que es un desafío y una enorme responsabilidad. Los ojos de muchos están puestos en las "joyitas" de la Fuerza Aérea de Chile, y especialmente ahora que los F-16 son los protagonistas de la Fidae 2006.
"Ven el miércoles, el viernes y el fin de semana para verlos en el aire", dice antes de despedirse, otra vez dejando escapar algo de adrenalina. Vamos, a qué piloto no le gusta volar...