Martínez era un activo dirigente gremial. |
SANTIAGO.- El Fiscal Pablo Sabaj reveló que tras las investigaciones quedó aclarado que el comerciante y funcionario municipal de La Pintana Jorge Martínez Arévalo es el autor material e intelectual del crimen de Hans Pozo.
Martínez Arévalo se suicidó el sábado cuando la policía estrechó el cerco sobre su persona, pero antes escribió una carta que tuvo como finalidad confundir a la policía y a su familia acerca de las verdaderas razones de su homicidio.
La fiscalía debe todavía resolver si Martínez actuó solo o tuvo la colaboración de otras personas, especialmente en la macabra acción de descuartizar el cadáver y abandonarlo por pedazos en distintas partes de Puente Alto y San Bernardo.
Según publicó hoy el vespertino "La Segunda", para el fiscal el caso está policialmente resuelto. La carta del suicida provocó confusión en la investigación del caso porque en ella Martínez insinuó que Hans Pozo sería su hijo biológico y que por tal razón lo extorsionaba.
Al parecer, esa misiva no fue más que el último intento desesperado de Martínez, quien llevaba una doble vida. Siempre fue considerado un funcionario, esposo y padre ejemplar, pero arrastraba con la debilidad de vincularse con jóvenes que ofrecían servicios sexuales.
Hans Pozo. |
Pruebas contundentes
La prueba más contundente contra Martínez es
el análisis de la sangre encontrada en la parte trasera del furgón de reparto y en el interior de la heladería del homicida. También en la distribuidora de helados se encontraron restos de cabellos humanos que corresponderían a Hans Pozo y bolsas similares a las empleadas para arrojar sus restos.
Sabaj dijo que "nunca hemos descartado la participación de cómplices", especialmente porque en la heladería se encontraron fotos de hombres desnudos que formarían parte de una cofradía de homosexuales. Martínez, en su carta, afirmó que pidió a algunos amigos que golpearan a Pozo, pero que no lo mataran.
Las policías buscan la sierra utilizada para el descuartizamiento y el arma con que fue ultimado de dos balazos en el cráneo, hace ya más de dos semanas.
Para la fiscalía ha quedado claro que el homicidio, descuartizamiento y lanzamiento de los restos no tuvo una planificación tan fría, sino que se trató de actos apresurados que dejaron muchas huellas.
Un aspecto que el fiscal ha manejado con prudencia es el tema de la conducta homosexual del homicida, especialmente por respeto a su familia.
Sin embargo, ha quedado claro que Pozo lo extorsionaba con revelar que satisfacía sus inclinaciones a cambio de dinero.
