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Llegaron a Chile militares uruguayos extraditados por caso Berríos

El coronel (r) Tomás Casella será enviado a la Escuela de Gendarmería. Los otros dos oficiales en servicio activo serían trasladados a recintos militares diferentes.

18 de Abril de 2006 | 10:27 | Carolina Valenzuela, El Mercurio en Internet
Embajador coordina procedimiento
Completamente enterado de cada paso que darán en Chile los tres militares extraditados se encuentra el embajador de Uruguay en Chile, Carlos Pita.

El diplomático, que se reunió a primera hora de hoy con el presidente de la Corte Suprema, confirmó que la llegada de sus compatriotas se produjo sin problemas y que serán sometidos a chequeos médicos.

"Los uruguayos ya arribaron a territorio chileno y las autoridades uruguayas de Interpol que custodian a los ciudadanos hicieron entrega a Interpol Chile de los militares, quienes van a ser trasladados al Centro de Prisión Preventiva Santiago Sur, en donde van a ser sometidos a una verificación de su estado de salud", precisó.

Pita explicó que una vez que ello ocurra y se realicen los trámites de rigor en la Corte Suprema, Casella, Radaelli y Sarli pasarán a manos del ministro Madrid.

Junto con ello, el diplomático sostuvo que la embajada cooperará "en representación del estado uruguayo con las autoridades judiciales de la República de Chile y directamente a través del cónsul uruguayo en Chile prestará a los ciudadanos, sin discriminación ni privilegio alguno, la debida asistencia al compatriota".
SANTIAGO.- Poco antes de las 10:30 de esta mañana arribó a Chile el avión Hércules 130 de la Fuerza Aérea uruguaya que trae a los tres militares que fueron extraditados por la justicia de ese país en el marco del caso Berríos.

Tomás Casella, Wellington Sarli y Eduardo Radaelli viajaron acompañados por representantes de la cancillería uruguaya y oficiales de la Policía Internacional (Interpol).

La comitiva que espera a los extranjeros estaba apostada en dependencias del Grupo 10 de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), ya que los procesados no pasarán por el terminal de pasajeros del aeropuerto de Pudahuel.

Tras abandonar el aeropuerto, los militares serán llevados al Hospital Penitenciario donde se les efectuarán los exámenes médicos de rigor.

Posteriormente la Corte Suprema de nuestro país será notificada de su presencia a través de un documento que deberá ser revisado por el presidente del máximo tribunal, Enrique Tapia, quien a su vez lo remitirá al ministro en visita Alejandro Madrid.

Desde ese minuto los militares estarán bajo su mandato y él deberá disponer el lugar donde serán notificados de su procesamiento y dónde permanecerán detenidos.

Según fuentes del Ejército, el coronel (r) Casella será enviado a la Escuela de Gendarmería en donde se encuentra recluido desde noviembre pasado el ex Presidente peruano Alberto Fujimori. Los otros dos oficiales en servicio activo serán trasladados a recintos militares diferentes. Según se confirmó, Wellington Sarli permanecerá recluido en el Regimiento Granaderos en San Bernardo, mientras que Eduardo Radaelli lo hará en recinto militar de Lo Aguirre.

Esta mañana el ministro Madrid no llegó a su despacho del Palacio de Tribunales como es habitual y según se informó se encuentra trabajando en dependencias del Sexto Juzgado del Crimen donde permanecerá todo el día.

Fuentes del tribunal informaron que hoy no interrogará a los extraditados puesto que el magistrado se encargará de su ubicación y de los trámites de arribo.

Oficialmente se confirmó que el abogado defensor de los tres militares será Carlos Portales, quien concurrió al aeropuerto a recibir a sus nuevos clientes. Portales ha representado en Chile a varios ex uniformados en causas de derechos humanos.

El caso

Los tres militares fueron procesados a fines de 2003 por el secuestro de Berríos y por asociación ilícita, junto a otros 10 ex oficiales y civiles chilenos.

Su extradición fue concedida la semana pasada por la justicia uruguaya.
El cadáver de Eugenio Berríos fue encontrado en 1995 en el balneario de Canelones, cerca de Montevideo. El cráneo presentaba dos impactos de bala y el tórax del químico de la Dina estaba envuelto en cable negro. La data de muerte era de 1993.

La última vez que se vio con vida a Berríos fue en noviembre de 1992, cuando acudió a una comisaría de Canelones a denunciar su secuestro en casa del oficial Radaelli, quien habría exigido a la policía la entrega del bioquímico chileno.

Eugenio Berríos había sido sacado del país a fines de 1991, luego que fuera citado a declarar por el ministro Adolfo Bañados en el marco del proceso por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier.

La no comparecencia del químico había activado una orden de arresto en su contra, por lo que se procedió a su secuestro, atribuido a la unidad de asuntos especiales de la Dirección de Inteligencia del Ejército, que ya se había encargado de operaciones similares respecto de otros militares vinculados a causas por violaciones de derechos humanos.
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