PUNTA ARENAS.- Durante toda la mañana, los dos tripulantes vietnamitas encontrados ayer a la deriva en aguas del Estrecho de Magallanes, fueron interrogados por el fiscal a cargo de la investigación Felipe Aguirre.
Durante la diligencia, los asiáticos reconocieron que voluntariamente abandonaron el buque pesquero taiwanés Jui I Hsing, en el cual llevaban siete meses sometidos a intensos trabajos. Los sujetos afirmaron que su intención es poder encontrar algún trabajo en Chile o de lo contrario retornar a su país.
Ambos hombres están fuera de peligro y hoy fueron sometidos a tratamientos de hidratación en el Hospital Regional. Anh Son Tran, de 24 años, se recupera favorablemente, mientras Dinh Lam Le, de 22 años, se mantiene en Urgencias.
El fiscal explicó que los vietnamistas son extranjeros que ingresaron en forma ilegal a Chile pero que aún no se configura un delito en su contra porque para ello es necesario un requerimiento de Chile que no se ha concretado.
Agregó que los hombres tenían todo planificado, pues sabían que los iban a rescatar, con lo que se descarta algún castigo u acción de terceras personas.
El insólito hallazgo
Los jóvenes fueron hallados ayer a la deriva en el Estrecho, soportando muy bajas temperaturas y amarrados a una improvisada balsa de dos tambores de aceite.
Ambos fueron avistados cerca de las 11:00 horas por la tripulación de la barcaza Orompello de la Armada, que realizaba una navegación por la bahía con estudiantes, en el marco de la celebración del Mes del Mar.
Tras su avistamiento, desde la unidad naval se despachó en su rescate un bote zódiac, siendo trasladados a bordo, donde recibieron los primeros auxilios. Ninguno portaba documentos.
Al arribo del buque a puerto fueron derivados al establecimiento asistencial, donde se les diagnosticaron serios síntomas de hipotermia. Uno de ellos mostraba un marcado debilitamiento, en tanto que el otro sufría de tercianas.
Su permanencia sobre los tambores, a los que estaban amarrados, evitó que la mayor parte de sus cuerpos estuviera en contacto con el agua, lo que les permitió soportar su baja temperatura, de entre 3 y 8 grados Celsius.