SANTIAGO.- El agente chileno Eugenio Berríos, cuyo asesinato en Uruguay investigan los tribunales, fue entregado a los servicios que combaten la droga en Estados Unidos y seguiría vivo, afirmó el fundador de la DINA, general (r) Manuel Contreras en un informe conocido este lunes.
El general retirado Manuel Contreras, que fuera jefe de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) entregó su versión al juez Claudio Pavez, que investiga el asesinato del coronel Gerardo Huber en enero de 1992.
"Berríos no estaría muerto", dijo el abogado de Contreras, Fidel Reyes, luego de reunirse con su cliente en el penal Cordillera, donde el ex colaborador de Pinochet cumple una condena a 15 años de prisión.
"Y además se sabe que hace dos años, cuando murió un pariente cercano, Berríos estuvo aquí en Chile", agregó el jurista.
El agente Berríos, que perteneció a la DINA, huyó a Uruguay custodiado por militares chilenos en octubre de 1991, pero un año después escapó de sus custodios para pedir ayuda a la policía uruguaya, que lo volvió a poner en manos de los militares que lo vigilaban.
Desde entonces se perdió su rastro, hasta que a comienzos de 1995 apareció su cadáver en una playa cercana a Montevideo, con impactos de bala en el cráneo, según las investigaciones realizadas en Chile y Uruguay.
Además de seis militares chilenos sometidos a juicio por este asesinato, Uruguay extraditó a Santiago en abril pasado al coronel retirado Tomás Casella, el coronel Wellington Sarli y el capitán Eduardo Radaelli, quienes permanecen detenidos desde hace casi tres meses por su vinculación con el crimen.
Entre los chilenos inculpados figura el general Hernán Ramírez Rurange, que en sus declaraciones ante el juez Alejandro Madrid, a cargo de este proceso, aseguró a fines de abril que la orden para sacar de Chile a Berríos fue impartida por Pinochet (1973-1990), indicaron fuentes vinculadas al proceso.