La carta
SANTIAGO.- Reflexiones sobre los derechos de los pacientes y particularmente sobre la eutanasia, donde se especifica una clara postura a favor de la vida, es el contenido de una carta que la Iglesia Católica envió a todos los diputados y a la Ministra de Salud, María Soledad Barría, a raíz de las próximas discusiones respecto a este tema en el Congreso.
La misiva, firmada por el presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejandro Goic, y el secretario general, Monseñor Cristián Contreras Villarroel, pretende "contribuir entregando algunos criterios jurídicos que expresen adecuadamente la necesidad de evitar el ensañamiento terapéutico sin dar origen a la consagración legal del testamento vital y de la eutanasia".
"La Iglesia velará siempre por la defensa de la vida; ante cualquier proyecto o idea que pretenda atentar contra ella", aseguran los obispos en la carta, de cuatro páginas.
La Iglesia llama a los parlamentarios a que la discusión del proyecto de ley sobre derechos y deberes de los pacientes que el Gobierno enviará próximamente al Congreso, tenga especial consideración sobre el "don de la vida y garantice los derechos protegidos por la Constitución".
En la misiva, se advierte del uso de "terminología imprecisa" para referirse a lo que en la práctica es eutanasia, como "precario estado de salud", "cuidados innecesarios", "solicitar por razones humanitarias", por lo que los obispos llaman a cuidar su redacción para "eliminar toda sospecha de eutanasia".
La carta ya la recibieron antes la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, y el Presidente del Senado, Eduardo Frei.
Entre los parlamentarios ya genera controversia el proyecto anunciado hace unas semanas por la ministra Barría, que establece que los pacientes en estado terminal tendrán derecho a rechazar tratamientos que retarden innecesariamente la muerte, pero prohíbe la aceleración artificial de ese proceso.
La propia secretaria de Estado insistió en que el caso del llamado "buen morir" no es hablar de eutanasia, "sino de la posibilidad de que la persona no quiera ser sometida a los procedimientos médicos artificiales que podrían llevar a un encarnizamiento terapéutico".