El principal acusado Naryib Dunichiver escucha su condena. (Foto: Manuel Herrera, El Mercurio) |
La familia Mattar Oyarzún a la salida del tribunal. (Foto: manuel Herrera, El Mercurio) |
SANTIAGO.- El Tercer Tribunal Oral en lo Penal condenó hoy a presidio perpetuo simple a Naryib Dunivicher Vidal, de 31 años, por el robo con homicidio contra Pedro Mattar Oyarzún, hijo del ex fiscal económico Pedro Mattar Porcile.
Esto implica que el condenado recién podrá pedir algún beneficio carcelario una vez que cumpla 20 años de presidio, a diferencia de la cadena perpetua calificada, en la que el reo debe pasar al menos 40 años en la cárcel antes de optar a los beneficios.
El gásfiter Carlos Gordillo Padilla (25) y el carpintero Víctor Garrido Salazar (20), fueron condenados a 20 años de cárcel por el mismo delito ocurrido la noche del 24 de julio del 2005.
En tanto, el taxista Carlos Opazo Meza (41), a quien la Fiscalía acusaba de encubrimiento del robo con homicidio, fue absuelto de esto último, pero sí fue condenado a cinco años de presidio mayor en su grado mínimo por el uso fraudulento reiterado de las tarjetas de crédito de la víctima.
Esta condena la cumplirá bajo el beneficio de la libertad condicional, por lo que esta tarde saldrá libre después de un año de prisión preventiva.
Los otros tres inculpados también recibieron una condena de seis años de presidio mayor en su grado mínimo por los delitos de uso fraudulento de las tarjetas.
Todos los inculpados además deberán cancelar una indemnización civil de 150 millones de pesos, que deberán pagar solidariamente.
El crimen
Pedro Mattar Oyarzún fue interceptado entre las cuatro y las cinco de la madrugada por Dunivicher, Garrido y Gordillo, quienes tras abordarlo lo golpearon en forma reiterada en la cabeza, tras lo cual lo desnudaron, le sustrajeron sus tarjetas de débito y crédito, y finalmente lo arrojaron al canal San Carlos.
La causa de muerte establecida en el certificado de defunción fue asfixia por inmersión y traumatismo cráneo-encefálico.
Tras este hecho, los tres condenados fueron trasladados por el taxista Carlos Opazo, con quien procedieron a "reventar" las tarjetas, efectuando 81 operaciones en los días siguientes.