VALPARAISO.-El caso de un paciente que presenta todas las características de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) más conocida como el "Mal de las vacas locas", impactó en la V Región, al saberse de la situación que afecta al jefe de obra de una conocida empresa constructora de Viña del Mar, identificado como Rodolfo Salazar, informó radio Digital FM.
Según se indicó, el paciente de 52 años, es padre de cuatro hijos, se mantiene en estado vegetal en la Clínica Reñaca.
Cristina Albornoz, la cónyuge del paciente ha señalado que la familia está consciente de la gravísima situación del enfermo. Según Cristina, desde un comienzo los médicos que lo atendieron fueron muy claros en la información, precisando que, de acuerdo a las características que éste ha presentado, se trataría de la temida enfermedad.
En cuanto a las causas que la habrían originado, la presunción médica apuntaría hacia un origen genético, lo que, sin embargo, sólo podría confirmarse cuando fallezca, tras practicársele la autopsia, a lo que la esposa de Rodolfo y sus hijos se opone desde ya. También han sido categóricos en su negativa a hacerse exámenes para saber si el mal podría haberse transmitido a los demás miembros de la familia.
Según se señaló, los médicos le dieron nueve meses de vida al paciente, quien permanece en estado vegetal desde hace 4 meses.
La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) es un tipo de "encefalopatía espongiforme" que aparece de forma espontánea o por herencia genética. Su incidencia se sitúa en un caso por cada millón de habitantes.
El "Mal de las vacas locas" y la enfermedad que el consumo de su carne produce en las personas pertenecen al grupo de enfermedades transmisibles. Estas patologías se producen por la acción de una proteína prión cuya forma se altera. El mecanismo de contagio no se conoce con certeza. Pero la ingestión de material de vacuno afectado por el "mal de las vacas locas" parece ser una vía de contagio.
También se ha detectado en las víctimas de la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob que tienen todas las características genéticas comunes. Esto apunta a la necesidad de una cierta predisposición al mal.