IQUIQUE.- Tendido bajo una cama de dos plazas y con un pedazo de pan afirmado en una de sus manos, fue encontrado el cuerpo de un niño de un año y seis meses, que presuntamente falleció hace 15 días, al interior de una casa en Iquique.
El niño fue abandonado por su madre en la vivienda en que ambos vivían, en calle Los Algarrobos 3842. La progenitora, identificada como Teresa Salazar Vásquez, es una adicta a la pasta base, y las primeras hipótesis no descartan que haya abandonado al menor para consumir la droga junto a un taxista, con quien se la veía llegar frecuentemente al inmueble.
El caso quedó al descubierto gracias al sacerdote y director de la Fundación "Niños en la Huella", Paul Oden, quien presentó una denuncia por presunta desgracia debido a la ausencia del menor en el jardín sala cuna al que asistía.
El religioso se trasladó junto a una patrulla de Carabineros hasta el inmueble, donde los policías derribaron la puerta para, luego, encontrar bajo una cama de dos plazas el cadáver del menor.
Según consigna La Estrella de Iquique, al lugar llegó el fiscal de turno Patricio Montecinos, quien ingresó a la vivienda junto a los policías y decretó las primeras diligencias, entre ellas buscar intensamente a la mujer.