Ken Barnes
Juan Pablo Navarrete
PUNTA ARENAS.- El navegante estadounidense Ken Barnes, rescatado el pasado viernes en el estrecho de Magallanes por un barco pesquero, afirmó hoy a su llegada a la austral ciudad de Punta Arenas, que la envergadura de su yate le salvó la vida.
"El yate Privateer me salvó la vida, ya que un yate común no hubiese resistido la violenta tormenta,” señaló Barnes en una rueda de prensa, tras arribar a esa ciudad en un helicóptero de la Armada.
"Sabía que habría un sistema de baja presión que me enfrentaría a una tormenta, por lo que tomé todas las medidas de supervivencia para estos casos, como bajar las velas y cerrar herméticamente la embarcación,” señaló el navegante estadounidense que sufrió un corte de siete centímetros en su pierna derecha.
Explicó que nada de ello sirvió, pues la tormenta fue tan fuerte, con vientos de hasta 200 kilómetros por hora, que en algún momento el yate sufrió un giro de 360 grados y aunque se mantuvo a flote, perdió sus dos mástiles y otros elementos fundamentales para la navegación.
Señaló que decidió activar la alerta cuando el “Privateer" presentó una vía de agua en la parte superior, pues calculó que la nave ya no soportaría en esas condiciones otro giro completo y, además, se estaba inundando.
Barnes, de 47 años, agradeció a la Armada de Chile y calificó su actuación frente a esta emergencia como de primer nivel y agregó que viajará inmediatamente a Estados Unidos para reunirse con su familia.
Nada más concluida la conferencia de prensa, en la que estuvo acompañado por el Comandante en Jefe de la Tercera Zona Naval, el contraalmirante Edmundo González, y el Gobernador Marítimo de Punta Arenas, capitán de navío Iván Valenzuela, Barnes fue trasladado en una ambulancia hasta el hospital de las Fuerzas Armadas para someterse a un completo chequeo médico.
El navegante fue socorrido el pasado viernes por el buque factoría “Polar Pesca I,” tras permanecer tres días a la deriva, y desde ese barco fue trasladado en la madrugada de hoy domingo al remolcador de la Armada “Leucoton.”
Esta unidad lo transportó hasta el Faro habitado “Félix,” donde un doctor de la Marina de Guerra chilena le realizó un breve chequeo médico, especialmente la herida en su pierna derecha y desde allí un helicóptero lo trasladó a la ciudad de Punta Arenas.
