SANTIAGO.- Un mapa político donde la Democracia Cristiana, o al menos sus principales figuras, converjan hacia la Alianza por Chile, es lo que hoy defiende y proyecta como una realidad a futuro el senador y ex timonel de Renovación Nacional, Alberto Espina.
Pero el parlamentario no sólo habla de socios nuevos, sino también de un nombre nuevo para su coalición: Alianza Popular.
"Yo creo que una tarea fundamental de la Alianza por Chile es generar una nueva institucionalidad que debiera dar paso a la Alianza Popular, y que en la constitución de esa Alianza Popular se le permitiera perfectamente a todo un sector del humanismo cristiano incorporarse a la misma, participar en los órganos de decisiones y abrir los espacios de participación a un sector importante de gente del partido democratacristiano que hoy día creo que se siente más cerca de la Alianza, que de la izquierda", aseguró Espina en entrevista con Emol.
"En algún momento se van a ir convergiendo posiciones políticas que van a hacer que un sector de la Democracia Cristiana o lo que a mí me gustaría, sus principales líderes, hicieran un pacto de gobernabilidad con la Alianza, y de esa manera pudieran formar una nueva coalición política", agrega.
— ¿Y por ambos lados hay voluntad de sumarse a esto?
"Yo no puedo contestar por el lado de la DC..."
— ¿Pero usted ha conversado con alguien?
"Yo me guío porque he tenido conversaciones con mucha gente vinculada al mundo democratacristiano que eso es lo que ellos consideran correcto. Y también he hablado con mucha gente de la Alianza que creen que eso es lo que consideran correcto. Entonces yo creo que eso va a ir de alguna manera dándose. No se dará en 24 horas, pero se van a ir dando las condiciones".
Espina afirma que las actuales alineaciones políticas son "absolutamente inconsistentes", porque nacieron para la lógica del Sí y el No. Y "en ninguna parte del mundo la izquierda es aliada de la DC, la Democracia Cristiana tiene valores, principios, proyectos distintos", enfatiza.
Más allá de los partidos
El senador aclara que la DC y RN no necesariamente tienen que unirse en un nuevo partido, ya que, según explica, ha quedado demostrado en las últimas encuestas que la gente "le da mucho más valor a la Alianza que a los propios partidos".
"La Concertación es mucho más que los partidos que la integran, entonces lo razonable es que la Alianza abra esos espacios para que gente que está en el centro político pueda, y del centro social, pueda participar en la Alianza", señala.
Asimismo recuerda que el estrecho margen con el que le ganó Ricardo Lagos a Joaquín Lavín, en 1999, demuestra que "mucha gente que históricamente votaba por la Concertación votó por Lavín", y que lo mismo ocurrió durante las pasadas elecciones presidenciales si se comparan con las parlamentarias.
"En la última elección presidencial, la suma de los votos de Renovación (Nacional) y de la UDI en la elección parlamentaria fue del 38%, y Piñera con Lavín sacaron el 48%. O sea, hay diez puntos de electorado, que equivalen casi a 800 mil personas, que votaron por Piñera, pero que no votaban por parlamentarios de la Alianza. Significa que era gente más bien que venía del mundo de la Concertación", argumenta.
Por ello, para Espina "es perfectamente razonable que la Alianza desarrolle una nueva institucionalidad que le abra las puertas a la gente que se siente identificada con las posiciones de centro, que sean del mundo de la Concertación, pero que hoy día puedan compartir un proyecto de Gobierno futuro. Ése es el desafío que tiene que tener la Alianza. Y esto debe hacerse a mí juicio también con conversaciones con dirigentes de la Concertación".
"Es más difícil que en una primera etapa los dirigentes de la Democracia Cristiana se quieran venir a la Alianza, eso yo lo entiendo. Pero se podría llegar a algún pacto de gobernabilidad con ellos perfectamente", agrega el senador.
— ¿Ese pacto qué significa en la práctica?
"Un acuerdo respecto de una elección presidencial...Por un proyecto de Gobierno".
— ¿De candidato?
"Por supuesto".
— ¿Y usted ve eso factible a corto, mediano o largo plazo?
"Yo planteo que eso sería muy bueno para el país. Que la Democracia Cristiana junto con la Alianza llegaran a un acuerdo de gobernabilidad".
—Pero usted habló de “más temprano que tarde”, o sea, ¿no lo ve como algo tan a largo plazo?
"No lo veo, porque veo lo que está ocurriendo en la Concertación. Hay una tremenda diferencia entre lo que piensa la Democracia Cristiana y lo que piensa la izquierda. Y eso lo veo en todas las votaciones (del Parlamento) que han ocurrido en el último tiempo. Ocurrió en la votación de los planes de empleo, donde los democratacristianos no estuvieron dispuestos a sumarse a la intención de la izquierda que era ocultar los verdaderos responsables políticos. Lo hemos visto en varias sesiones de la Cámara de Diputados, donde la Democracia Cristiana o un sector de ella no ha acompañado a la izquierda en sus propósitos políticos. Y lo hemos visto en temas valóricos, muy fuertemente. Entonces yo siento que hay mayor afinidad entre ese sector de la democracia cristiana y la Alianza, que la que tienen ellos con la izquierda.
Y yo creo que las dos coaliciones van a ir lentamente cediendo paso a coaliciones que van a estar construidas de una manera distinta".