SANTIAGO.- Pasaron horas colgadas de la Alameda, interrumpieron el show de Álvaro Salas en el último Festival de Viña, tienen varias huelgas de hambre en el cuerpo y, lo que más ha complicado a la seguridad nacional, están dónde vaya la Presidenta Michelle Bachelet.
Reclaman que luego de 10 y 15 años han costeado sus casas un par de veces, por lo que aspiran a que el Gobierno las considere como "viviendas sociales" para así dejar de pagar dividendos.
Son las mujeres de la Agrupación Nacional de Derechos Habitacionales (Andha Chile), una de las organizaciones sociales que más "ruido" ha metido en el último tiempo. Una de esas organizaciones sin un jefe único, en las que las decisiones se toman entre todos los dirigentes, de manera horizontal.
Un fuerte movimiento ciudadano al que le gusta ser tomado en cuenta. Para eso, han seguido una estrategia sistemática de hostigamiento hacia las máximas autoridades, especialmente hacia la Presidenta.
Tienen miles de simpatizantes. De hecho, sólo en San Bernardo hay 5.000 deudores habitacionales. A nivel nacional, 120 dirigentes manejan las acciones a seguir. La mayoría de ellos son mujeres, "porque a los hombres es más fácil que los repriman y los pillen". Dueñas de casa que "cansadas de mentiras", de luchar por sus derechos, decidieron manifestarse para hacerse escuchar.
"A nosotros nos gusta conversar, el diálogo. Pero a la gente cuando le mienten mucho se cansa", explica Carmen, dirigente nacional y comunal de San Bernardo de Andha Chile, quien prefirió no dar su apellido para evitarse posibles problemas, y una de las ocho mujeres que participan en el "consejo" de esta organización.
Pero, ¿cómo se las arreglan para manifestarse en todos los lugares en que se presenta la Presidenta?
"Generalmente uno ya sabe donde va a estar ella (…) Nosotros también tenemos gente que es deudora y que trabaja en el Gobierno, pero ellos ven esto desde la perspectiva de los deudores", y les informa de dónde va a estar Bachelet, explica la dirigente.
Es que Andha Chile, una organización que lleva cinco años luchando por los deudores habitacionales, quiere lograr sus objetivos y anuncian que no se rendirán antes de cumplirlos. Aunque el guanaco les tire agua o se las lleven detenidas.
Así se las han arreglado para estar en los principales eventos del país. Y para hacer ruido, mucho ruido.
"La gente va a ir adónde esté la Presidenta. Dónde esté ella siempre vamos a estar", explica firme Carmen. Y, hasta el momento, lo han cumplido.
Sin ir más lejos, en el acto de conmemoración del 1er año de Gobierno de Michelle Bachelet, en el Court Central del Estadio Nacional, se las arreglaron para vulnerar la seguridad presidencial e ingresar al palco para conversar en persona con la Mandataria.
Y esa no ha sido la primera vez. Unos días antes, en la celebración del Día Internacional de la Mujer, en el Patio Los Naranjos de La Moneda, 25 deudoras habitacionales ingresaron a la celebración captando toda la atención de Carabineros. Mientras el acto se desarrollaba en la Plaza de la Constitución, un grupo de manifestantes protestaban con dos grandes lienzos.
Uno de los más graves incidentes que han protagonizado en los últimos tiempos ocurrió el cuatro de marzo, cuando Jacinto Montecinos, un deudor habitacional, intentó quemarse a lo bonzo en la Plaza de la Ciudadanía. Montecinos, luego de rociarse medio litro de bencina y prenderse fuego se lanzó a la pileta que está frente a La Moneda.
El movimiento por dentro
La organización es así: cada comuna se divide en villas, por ejemplo San Bernardo tiene 18 villas, cada una de las cuales tiene un dirigente. De entre ellos salen los dirigentes comunales, alrededor de 120, que se juntan todos los lunes en la calle Serrano, en la asamblea, y deciden cuáles van a ser sus pasos esa semana.
Luego, esos dirigentes le explican las decisiones a las "cabezas" de cada villa, quienes a su vez deciden si participan de las actividades decididas en la asamblea o no. "Se toma la decisión allá y después en la comuna se le explica a los dirigentes de cada villa lo que pasó en la asamblea. Y si están de acuerdo se hace, y si no, no", explica Carmen.
"Ahora pedimos las marchas con autorización, pero como ellos no nos dan tenemos que llegar estratégicamente por algunos lados", cuenta.
Esta organización lucha por pagar el avalúo fiscal de sus casas, pagar un dividendo mensual no mayor al 10% del ingreso, en no más de 10 años de dividendo y que las tasas de interés se ubiquen entre 2 y 5%.
Debido a divisiones internas, el grupo se fraccionó y nació "Andha Chile a luchar", el grupo más político y de choque de los deudores habitacionales. "Ellos van al destrozo y nosotros no hacemos eso porque somos madres de familia y nos gusta que nos lleven detenidas", comenta.